martes, 22 de abril de 2014

LA OTRA CARA DE LA SUBVERSIÓN IDEOLÓGICA Y CULTURAL.



Sin tapujos ni contraseñas el Herad difunde una realidad de Cuba, que ante todo tiene todos los visos de subversión contra la isla, no “oficial”; se regodea en  señalar que su origen está en los Estados Unidos. Según la fórmula a más entretenimiento, menos pensamiento político; menos apoyo a la revolución.

Los “paquetes de entretenimientos” son una clara exposición de la bagatela cultural en los Estados Unidos; del consumismo y del mercado absurdo que  envuelve a la economía norteamericana, sobre todo el que tiene que ver con la industria de la distracción; los cuales tienen no pocos consumidores; telenovelas, musicales, los “afamados” concursos de las bellezas latinas, películas, casos cerrados, entre otros,  se han diseminado por el territorio nacional, contando ya con asiduos seguidores que andan a la caza de la última “novedad” que llega.

La dependencia de a este mercado está sentando un precedente en la sociedad cubana que estimula la superchería, una tendencia que desprecia la apreciación hacia el arte desde una concepción creativa llevando al desprecio de los valores auténticos de nuestra cultura e identidad.

Despolitizar a la sociedad cubana, parece ser el objetivo oculto, una buena manera de sedimentar una resistencia pasiva en la población hacia sus propios valores a la vez que se exaltan los ajenos; transculturación o cambio en las personas que conlleven la resistencia hacia la revolución.

Y para nada es oculto, por lo menos el artículo del Herald así lo demuestra. La AFP parece conocer bien la situación.

Sin Internet o parabólicas, cubanos se entretienen con el ‘paquete’

Por Carlos BATISTA

AFP

Nadie sabe de dónde viene, pero muchos cubanos lo esperan con impaciencia: es el “paquete” de películas, series de TV, deportes, juegos y música, que se vende en ‘pendrives' cada semana bajo cuerda, enriqueciendo la insípida oferta audiovisual pública en la isla.

Este compendio circula de mano en mano desde hace unos meses, incluyendo espectáculos deportivos, chismes de farándula, comerciales, actualización de antivirus, en fin, todo a lo que los cubanos no tienen acceso por las limitaciones de Internet y de antenas parabólicas, que condenan a ver las cinco cadenas públicas de televisión, cuya programación muchos consideran aburrida.

Es quizás el más eficiente servicio de la isla, cuyo origen está bien oculto por la discreción de distribuidores y usuarios, en un país donde los intelectuales acaban de pedir en un congreso una reforma urgente de la televisión, pues su programación es “muy lejana a las necesidades culturales, informativas y de distracción”. 

El “paquete” tiene el sabor de lo desconocido y la tentación de lo prohibido, y hasta ahora las autoridades comunistas han hecho la vista gorda, aunque el exministro de Cultura y actual asesor presidencial Abel Prieto calificó su contenido como “basura”, afirmando que “el culto a los yanquis nos está invadiendo de un manera vergonzosa”.

“Hay que competir con el paquete, hay que desmenuzar el paquete. Nosotros tenemos que desmontar el paquete ante la gente, que la gente entienda que los están estafando”, declaró Prieto en el congreso de intelectuales, aunque descartó que sea prohibido.

El “paquete” tiene centros de venta en casas particulares o entregas a domicilio. Su precio varía entre uno y cinco dólares en La Habana, según su volumen, pues buena parte de los compradores tienen memorias USB con poca capacidad.

“Yo pago dos pesos convertibles (dos dólares) y me lo traen todos los jueves a la casa”, dijo Alfredo, un profesional de 45 años que reside en el barrio habanero de La Víbora.

Para José, un distribuidor con 12 clientes en la Habana, el paquete “no tiene nada malo, pues no tiene pornografía, cosas políticas”, ni otros contenidos perseguidos por las autoridades cubanas.

María Teresa, una ama de casa de 48 años, acude cada semana al hogar de un vendedor en la ciudad de Holguín, 730 km al este de La Habana, donde por cinco pesos cubanos (20 centavos de dólar), selecciona cuatro gigabytes de novelas, series y música.

Daniel, un estudiante de derecho de 22 años de Holguín, tiene fines mas amplios. “Además de películas, series y musicales, busco la actualización del antivirus, para tener la computadora en talla (protegida)”, según dijo.

“Yo veo poca televisión, la novela cubana está malísima y la brasileña (Avenida Brasil) la estiran tanto, que aburre. Así que compro mi paquete por cinco pesitos y estoy entretenida”, contó Graciela, una enfermera de las Tunas, 660 km al este de La Habana.

Los dueños de los florecientes negocios privados nacidos al calor de las reformas económicas del presidente Raúl Castro, han encontrado en el “paquete” una plataforma efectiva de promoción, en un país donde prácticamente no existe la publicidad.

El compendio de Semana Santa, incluía publicidad de un estudio fotográfico privado en Camagüey, 530 km al este de La Habana, y de varios “paladares” (restaurantes privados) de La Habana.

“Yo espero que no lo prohíban ni que nadie ponga malo esto, al final, uno está tranquilo y entretenido en su casa. Eso no le hace daño a nadie”, dijo Marcos, un carpintero de 50 años de La Habana.

Sin proponérselo, el “paquete” puede convertirse en instrumento político, en una nación con régimen unipartidista donde toda oposición es ilegal.

La bloguera disidente Yoani Sánchez anunció el 8 de abril en Miami, bastión del anticastrismo, que lanzará un periódico opositor digital en la isla cuya “distribución se basará en teléfonos celulares y correos electrónicos (…), además de memorias digitales como USB flash drives, DVDs y CDs”.

Sánchez indicó que “espera que la publicación se inserte en los llamados combos” que distribuye el “paquete”.

La respuesta del oficialismo cubano no se hizo esperar.

El bloguero oficialista Yohandry, que publica oficiosamente noticias y opiniones del gobierno, escribió: “desde ya les anuncio a mis amigos del barrio y a los consumidores del paquete (…) que adquieran el de esta semana, quizás el último que se reparta, porque Yoani Sánchez todo lo que toca, lo jode, se los digo yo”. 

http://www.elnuevoherald.com/2014/04/21/1731178/a-falta-de-internet-y-parabolicas.html#storylink=cpy

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