miércoles, 20 de septiembre de 2017

Trump-ONU

"El pueblo norteamericano espera  que un día no muy lejano las Naciones Unidas puedan ser un defensor mucho más responsable y efectivo de la dignidad humana", así se manifestaba Trump en el organismo internacional, para luego abordar que la organización debía ..."asumir un papel más importante en la promoción de sociedades seguras y prósperas"..., acto seguido señalaba a Cuba como " corrupto y desestabilizador"... Qué pretende reformar en las organización, pues el Consejo de Seguridad tiene el poder de apuntar y decidir de acuerdo a los intereses de sus miembros y no sobre la base de los miembros de la Asamblea General; cuando habla  de reformas es para aclimatarlo a los intereses imperiales de los Estados Unidos. No es Cuba el problema, sino la política excesivamente hegemónica y globalizadora que pretende sostener, de ahí su "clara" visión de justificar la existencia del bloqueo  aún ante la oposición de la inmensa mayoría de los estados miembros; poco importa el número si el objetivo es alcanzar un cambio de gobierno en Cuba.

Los principales enemigos que hoy apuntan en la mira del mandatario son aquellos que no se han doblegado a los intereses de los Estados Unidos, en América Latina: Venezuela; en la candente región medio oriental, Siria. Hizbolá, Irán; en el Asia, Corea del Norte. El lenguje hacia estos países difiere del que sostiene hacia China y Rusia, potencias que rivalizan tanto o más que los primeros con el gran  imperio, pero decisores en los destinos de la política mundial.

Redimiendo la historia o justificando las acciones en acontecimientos arto cuestionables trató de justificar estas acciones de política exterior en una tradición no muy bien entendida en el mundo sobre su pasado; proceso contradictorio, lleno de conflictos, muy desacreditados, evidenciados en la Guerra de Secesión y hasta en la eliminación de la esclavitud; la fase expansiva de entonces, fue el reflejo de la amibción expansionista que desde el siglo XVIII se había apoderado del "norteamericano".

Con mayor agudeza los cubanos conocieron desde temprano los planes de la expansión que no era solo  americana, como quedó evidenciado con la Guerra Hispano-Cuabno-Norteamericana; la independencia malograda entonces, estuvo precisamente en no conocerse a tiempo las reales pretenciones de la política norteamericana, pretenciosa fue la potencia entonces, pretenciosamente sigue actuando, después de transcurrido más de un siglo desde aquellos acontecimientos.

Ante todo su presencia en el organismo internacional viene determinada por el evidente desprecio de mirar los procesos desde la distancia con la óptica del negocio, no desde los reales intereses de los pueblos como ha pretendido exponer.