lunes, 18 de agosto de 2014

Qué propone “Cuadernos de Pensamiento Plural” . Número especial, año II, mayo 2014

Un cintillo en la portada nos expresa que: “No está bien rendirse antes de tiempo, lo correcto es esperar a después de morirse; eso te evita la vergüenza de no haber entendido la lucha”; por qué la frase, qué relación guarda con la realidad social y sus líderes; podría ubicarse en cualquier contexto, más no es precisamente la intensión hacia  espacios foráneos, su mirada está dada hacia el interior del proceso revolucionario cubano; llamando la atención sobre la figura del  Comandante Fidel Castro al dejar el cargo de Secretario General del Partido Comunista de Cuba y de Presidente de los Consejos de Estado y de Ministro; es la alusión a un “fracaso” en la trayectoria de Fidel como líder; una mirada  hacia una economía siempre en jaque ante contingencias; una propuesta de frustración en el orden político que nunca será superado aún cuando la desaparición física del líder sea un hecho. Ilusión fáctica para los que no entienden ni podrán entender lo cubano desde la mirada de la salvación apelando a la cultura y la identidad del cubano; al rendirse  de esa manera, han caído en los brazos del Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP); que no es otra cosa que un órgano para “promover la libertad de expresión y prensa dentro de Cuba”, para la  “creación de espacios alternativos”; ajena por supuesto al proceso revolucionario cubano; “alternancia” y “libertad de expresión” al estilo norteamericano, con  paga de cada artículo contrarrevolucionario.

Un memorial martiano (Plaza de la Revolución de la Habana) ensalzado  de marcas (Romeo y Julieta, Populares, Palmares, BRASCUBA, Castrol) nos propone una tergiversación desde “posiciones revolucionarias” del pensamiento del apóstol; la creencia de regreso a la sociedad de los trust,  las compañías made in USA, en resumen, un retroceso en la sociedad bajo la nueva construcción, que no es otra que la del nuevo modelo económico; marcas que en definitiva parecen derrumbar el pensamiento de José Martí; encerrado en un callejón sin salida a través del círculo de la CASTROL. Así nos formula una “singular justa de pluralidad”, en una llamada “sociedad civil”, donde no parece estar reflejados los derechos ciudadanos, lo que es igual a una divergencia en el  lenguaje que llaman “oficial”.

En la sección de Actualidad y Polémica se nos presenta  “Epístola para ser leída un siglo, un año y un día después de mi muerte” de  Luís Pérez de Castro; quién  figura como uno de los editores reconocidos de Cuadernos de Pensamiento Plural; es ante todo una  mirada a la cotidianeidad del cubano tras la declaración actualizada del léxico en una Cuba azotada por condiciones económicas y sociopolíticas complejas; que según el autor  es un “encubrimiento de la realidad social”, citando entre ellas las siguientes:

-No existe la prostitución, las(os) que lo ejercen son jineteras(os) o luchadoras(es).
-No existe la pobreza, existe el bajo poder adquisitivo.
-No existe el desempleo, existen los disponibles.
-Una casa adecuada, un auto, un teléfono y una buena alimentación no son necesarios, mucho menos imprescindible, son un lujo.
-El transporte urbano para nada aumentó su precio,  sólo que ahora son “Refuerzos”, por lo que el costo debe de ser superior.

Para un conocedor como Pérez de Castro de la realidad cubana, es imperdonable la utilización ex profeso de adjetivos que tienden a  la distorsión de esa misma realidad pues la sociedad misma condiciona bajo determinadas circunstancias de vida malformaciones  que vienen determinadas por la propia realidad económica; un buen historiador como él  lo sabe; pero su esencia es abordarla a partir de sus causas; proponiendo -si es que puede-las vías de superación, a lo cual no parece estar dispuesto; llegando a negar la esencia objetivamente humana de la construcción del socialismo en Cuba cuando señala que  “Una casa adecuada, un auto, un teléfono y una buena alimentación no son necesarios, mucho menos imprescindible, son un lujo.”

El historiador comprometido ha dejado de serlo  de facto;  tergiversando la realidad al querer explorar  el terreno de la cotidianeidad; tal vez el de la historia inmediata, que tiene por base la comprensión de una realidad objetiva sometida a las encadenadas causas e interconexiones de la cual no se puede desprender toda investigación en las Ciencias Sociales.

La orientación acertada debe de estar acompañada de una adecuada fundamentación tras los resultados, así por ejemplo expresa que:

“Por pensar distinto y expresarte dejas de ser un hombre honesto para convertirte en un disidente y, si la interpretación de los jueces encargados de enjuiciarte no te acompaña, en un connotado contrarrevolucionario (CR), negándose con ello el carácter dialéctico del pensamiento, así como la aparición de una contradicción total respecto al discurso oficialista”.

Refugiarse en la dialéctica  cuando las causas de los fenómenos no están determinados, es negarla; pues la realidad misma expone crudamente lo que es-con o sin-oficialismo; tergiversarla por tanto es caer en los bellos brazos de la princesa, que aguarda con la manzana de la discordia para darte el bocado y, puedas seguir “ingenuamente” siendo el disidente con  o sin causa que haga otro número en la fila.

Todo intento de presentar una situación socio económica por complejo que sea tiene que tener una sólida explicación que conlleve al cambio, cuando no se alcanza recomenzaremos o por pertinencia histórica adoptaremos otras variables; pero no podemos por “incidentes” objetivos pragmatizar la realidad misma; ahí estriba el enredo de perderse en el bosque; que viene a ser una de las razones por la que Luís Pérez de Castro no llega a explicar, conduciéndolo a los brazos de la princesa cuando categóricamente señala:

….”por más que hurgo en la historia no encuentro la diferencia entre el pasado y el presente, no logro encontrar un ápice de luz que me ayude a entender esta extraña coexistencia en que nos encontramos, donde las fisuras y los comodines son el orden del día, el dime que te diré en cada rincón que te encuentres”.

En resumen  nos ofrece una dialéctica tergiversada; callejones sin salida; donde la esperanza en una vida mejor no cuenta, ni proponer cómo cambiarla; es la pérdida en los valores que han fundamentado el quehacer de una sociedad que se ha mantenido gracias a la persistencia tenaz de la resistencia para salvarse, donde alcanzar el “equilibrio”-el preconizado por Martí-ha formado parte diaria de la cotidianidad del cubano desde el triunfo de la revolución; para los que no  hallan entendido el mensaje, echen una mirada al sur para hurgar en los grandes cambios; entonces será comprendida la gran obra, que es fruto también de los lamentables errores humanos; cuando ello ocurra no habrá marcas sobre los pedestales de los héroes, ni miradas “ingenuas” que claudiquen.