viernes, 24 de febrero de 2017

Centro de Veteranos de la Independencia de Santa Clara.

La Asociación de Veteranos de la Independencia de Santa Clara se comenzó a organizar desde los primeros años del siglo XX; pero no fue hasta el año 1904 que las gestiones del Teniente Coronel Bonifacio Sterling Batista se convirtieron en realidad al quedar constituida la misma en Santa Clara. En su reglamento se expresa que tendría como principal objetivo la defensa y mantenimiento de la república y la conservación de la paz; así como el apoyo a todo gobierno legalmente elegido por sufragio, como lo estatuye la Constitución.

Sin embargo, no fue hasta el año 1911 que el  Teniente Coronel y otros oficiales mambises lograron interesar al Coronel Nicolás Alberdi, Secretario de Gobernación del Gabinete del General José Miguel Gómez y al General José Luis Robau, Gobernador de la Provincia de Santa Clara; para que realizaran gestiones con vistas a conseguir la adquisición de una casa; fue adquirida por compra la situada en la calle Cuba número 115, según escritura número 672 del 15 de septiembre de 1911, ante el notario público Antonio de la Torre y Aday.

Posteriormente, al efectuarse una nueva numeración a las calles de la ciudad, al edificio se le asignó el número 364 que actualmente ostenta.

A pesar de lo expuesto, no hemos encontrado evidencias documentales de su funcionamiento interno hasta el año 1916 fecha en que aparece la inscripción al número 487, folio 181, tomo 1, del Registro de Asociaciones del Gobierno de la Provincia de Santa Clara. En este mismo expediente, con fecha 18 de septiembre de 1935, se haya la resolución en la que se ordena la baja del libro Registro de Asociaciones por no ejercer sus funciones, motivado en lo esencial por la precariedad del local, pues se encontraba en malas condiciones.

Entre 1931-1933, tras gestiones de los veteranos, el local estuvo sometido a reparaciones, en esa ocasión el Gobierno Provincial aportó la suma de $ 4 000,00 y el Ayuntamiento Municipal     $ 2 000,00. Para el mobiliario, Gerardo Machado destino  $ 1 000,00 en el año 1937.

En sus estatutos (1914) se expresaba que:

Artículo 2. Son fines de la Asociación:

·   Cooperar en la defensa de la nación, incondicionalmente, y laborar por el desarrollo, en el pueblo cubano, del amor a la patria y a sus libres instituciones.

·       Velar por el sostenimiento de la paz en el territorio de la República.

  Fomentar y sostener la confraternidad y auxilio mutuo entre los asociados, y atender, especialmente a la protección de las viudas y huérfanos de los veteranos que la necesiten.

Desde sus inicios la Asociación estuvo encaminada a conmemorar importantes fechas históricas con sus miembros, entre ellos el 24 de febrero, ocasión en que se reinicia la lucha independentista en 1895, 19 de mayo, caída de José Martí en Dos Ríos, 20 de mayo, establecimiento de la República en 1902 y 10 de octubre, inicio del proceso independentista cubano en 1868, fecha en la que se conmemoraba además el Día del Veterano.

Estaba dentro de sus prioridades-así lo establecen sus estatutos y reglamentos-la atención a los veteranos de la guerra, tanto en el orden material como espiritual. En tal sentido la Asociación contaba con una sala en el Hospital “San Juan de Dios” para esos fines.

Logró levantar en el cementerio de la ciudad un panteón para los veteranos, donde no faltaron los aportes de figuras importantes de la época, como Federico Laredo Brú, Presidente de la República y el patriota santaclareño Francisco López Leyva entre otros, así como del Gobierno Provincial y el Ayuntamiento de Santa Clara. Obra que fue concluida e inaugurada el 20 de mayo de 1937.


El 21 de febrero de 1939 fue inscripta en el Gobierno Provincial la Asociación denominada “Centro de Veteranos de la Independencia de Santa Clara” con el número 357, folio 89, tomo 1 donde se presenta un nuevo Reglamento, para entonces el local ofrecía otra perspectiva para sus asociados después de la reconstrucción que durante varios años se había realizado, motivo por el cual había sido aprobado por el Registro de Asociaciones, anhelo al fin alcanzado por los veteranos que aún quedaban con vida, lo que se correspondía con las aspiraciones del Gobierno Provincial y el Ayuntamiento de Santa Clara.

El centro fue visitado por varios militares de alta graduación; el 1ro de diciembre de 1943; recibió al presidente de la República, General Fulgencio Batista Zaldivar, entonces era el centro de atención de la veteranía de la Provincia de Las Villas, de ahí su visita, aunque el “flamante general”, nada tenía de afiliación con el mambisado, era un toque de politiquería en su visita a Santa Clara.

En la década de 1950 la actividad de la asociación fue haciéndose muy limitada debido a la enfermedad y muerte por vejez de sus miembros. La propia dinámica política de esa década no era sensible a la realización de actividades de contenido patriótico, pues se consideraba como aliento a las tendencias revolucionarias y de oposición a Fulgencio Batista, sobre todo después del golpe de estado de 1953.

El 1ro de enero de 1959, la Directiva  del Centro había pasado a manos de algunos de  los familiares, hijos, nietos y viudas de veteranos. Según la prensa de la época, los miembros de la Asociación acogieron con júbilo el triunfo revolucionario.

En el Reglamento para el Centro de Veteranos de la Independencia de Cuba de Santa Clara, en sus Disposiciones Generales se expresaba:

“Cuando por circunstancias imprevistas fuere preciso cerrar el Centro, ya por ser imposible su sostenimiento ó por extinción de los veteranos, mediante los requisitos del caso pasarán las propiedades muebles é inmuebles y documentos, a la Asociación de Hijos y Nietos de Veteranos, cuando esta esté constituida ó se constituya y tenga normal funcionamiento con arreglo a las leyes en la materia para el usufructo, no pudiendo prestar ni enajenar propiedades y documentos, como tampoco puede hacerlo este Centro, y se obligará a conservarlas para hacer perdurable la memoria de los libertadores; de no constituirse esa Asociación, ó constituida de cerrarse, todas las propiedades enumeradas pasarán al Estado Cubano, a condición de que las destine exclusivamente a Museo de carácter nacional o una escuela pública de primera enseñanza cuyo profesor o profesores, que será hijos, nietos y descendientes de veteranos, tendrán la obligación de dar una vez cada semana lectiva, una conferencia a los alumnos sobre Historia de las guerras de Cuba”.
Este Reglamento fue aprobado el  dos de junio de 1937, por Evangelista Yanes, entonces Presidente de la Asociación y Salomé López en carácter  de Secretario. Con ello quedaba anulado el anterior Reglamento de 22 de abril de 1927, donde aparece además sancionado por Gabino Galvez, Gobernador de la Provincia de Santa Clara. Reglamento que se mantuvo vigente hasta después de producido el triunfo revolucionario el primero de enero de 1959.

El 28 de septiembre de 1969 se reúne la directiva de la Junta Directiva del Centro de Veteranos de Santa Clara para efectuar su reuniones-para entonces ya compuesta por hijos y nietos de veteranos-para efectuar su reunión ordinaria, a ella asistieron Marcelino Álvarez, Miguel Arteaga, Jesús Torres, María del Carmen Rojas, Manuel Álvarez, Orlando perna, Rigoberto Fernández, Agustín Machado, Florentina Cárdenas, Adriano Juvier, y Miguel Roqueta. En esa reunión se hizo alusión a la visita que fuera realizada al Centro de Veteranos por Vilches y Estralgo, en representación de la Academía de Ciencias de Cuba y el Consejo Nacional de Cultura, asistiendo otros representantes de organismos, cuyo fin era que la Asociación hiciera sesión de “una parte del edificio”, para ser dedicado a …”museo de carácter histórico y educacional”.

Se acordó citar a la Directiva, efectuándose entonces una reunión informal donde se abordó la solicitud de sesión de parte del Centro de Veteranos de Santa Clara. En nombre de la Directiva, Marcelo Álvarez-presidente- expresó la “imposibilidad de ceder parte del local”, que la Asociación estaba legalmente constituida, no obstante dijo que de “existir orden legal de entrega pues sería entregado el edificio”, exigiendo para su cumplimiento una orden del Departamento, refiriéndose al Registro de Asociaciones; que “aceptaríamos siempre que hubiera carácter legal y se cumplieran los trámites reglamentarios, “disuelvan la sociedad primero y luego ocupen el edificio estatalmente, no hay otra solución”, dijo.

Con posterioridad la Junta Directiva vuelve a reunirse el 28 de diciembre de 1969, en ella se acordó convocar a nuevas elecciones para el año 1971. Todo indica, pues no existen más actas de la Junta Directiva del Centro de Veteranos, que este fue el último acto legal, quedando entonces el local adscripto a la Academia de Ciencias de Cuba, donde además tuvo espacio en el edificio el Archivo Histórico Provincial.

Documentos consultados:

Actas de la Junta Directiva del Centro de Veteranos de la Independencia de Santa Clara. Colección de documentos del Centro de Veteranos de la Independencia, 1949-1969. Archivo Histórico Provincial. Santa Clara. Villa Clara.

Reglamento para el Centro de Veteranos de la Independencia de Santa Clara. Colección de documentos del Centro de Veteranos de la Independencia, 1937. Archivo Histórico Provincial. Santa Clara. Villa Clara.

Periódico “Villareño”, año 1959. Archivo Histórico Provincial. Santa Clara. Villa Clara.

Estatutos de la Asociación de Veteranos de la Independencia de Cuba. Agosto de 1914. Colección de documentos del Centro de Veteranos de la independencia. Archivo Provincial. Santa Clara. Villa Clara.

domingo, 19 de febrero de 2017

La “intencionalidad” liberal de 1906

Colapsada la independencia cubana en 1898 con la intervención norteamericana en Cuba; despojados los cubanos de toda legitimidad de independencia real, sin órganos verdaderamente representativos de defensa de las aspiraciones martianas de república, “con todos y para el bien de todos”, devinieron aproximadamente cuatro años de angustias, cabildeos e imposiciones donde lo mejor del pensamiento liberador quedó frustrado al instaurarse la “república” el 20 de mayo de 1902.

Cogido el toro por los cuernos en las riendas de la política de principios de siglo, llega a la presidencia Tomás Estrada Palma, representando el Partido Moderado; martiano en apariencia, anexionista de convicción, era la figura más ajustable y moldeable a los intereses de los Estados Unidos; ello quedaría inmediatamente demostrado unos meses después de tomar la silla presidencial. Su afiliación a los intereses norteamericano darían como resultado la mutilación de la economía cubana hacia el gran capital, en política otro tanto sucedería.

Vendido, anti-nacionalista, corrupto, avasallador, son tan solo algunos de los calificativos de aquel gobierno que en la historiografía cubana se le ha dado, que al intentar reelegirse en las elecciones de 1905, fue el detonante de todo un movimiento interno dentro de Cuba contra la reelección. Las frustraciones fueron encauzadas por la oposición liberal hacia el levantamiento armado contra la reelección; más la tozudez de Estrada Palma, imposibilitado de poder alcanzar un nuevo mandato, fueron el detonante encauzado para propiciar la segunda intervención, prefería entregar la república a que esta fuera liderada por viejos líderes del mambisado  cercanos al pensamiento martiano.

En mayo de 1906 quedó constituido el llamado Comité Revolucionario, integrado por facciones del Partido Liberal opuestas a la reelección de Estrada Palma. Componían el Comité los generales José Miguel Gómez, José de J. Monteagudo, Demetrio Castillo Duany y Carlos García Vélez, y también Juan Gualberto Gómez, Pelayo García, Alfredo Zayas y Manuel Lazo.
El primer plan de los complotados contra la reelección estradista fue tomar el poder por medio de un golpe de Estado, procurando ocupar las posiciones principales del gobierno y evitando la intervención extranjera, que era entonces el plan diseñado por Palma para evitar la toma del poder de la oposición.

Los alzados llegaron a insurreccionar comarcas enteras; sobre todo, en Pinar del Río, La Habana y Las Villas. Al levantamiento se sumarían importantes figuras del extinto Ejército Libertador entre ellos los generales Enrique Loynaz del Castillo, caudillo político del Partido Liberal Nacional, y Quintín Bandera, quien perecería en el enfrentamiento.

En Oriente, integraban la sublevación liberal veteranos de la independencia encabezados por los generales Bartolomé Masó y Agustín Cebreco, junto con el general Mario García Menocal.
Según consta en el acta notarial de 30 de agosto de 1906 del notario público José A. Badía de Sagua la Grande, perteneciente al Colegio de Abogados de Santa Clara, se había presentado Norman Bonnington Dikson,  Administrador General y apoderado de la Compañía “The Cuban Central  Railways Limted”, cuya casa matriz radicaba en Londres, Inglaterra.

Norman al comparecer como representante en Cuba de los intereses ingleses, dejó testimonio de las consecuencias del levantamiento ocurrido y de las afectaciones que sobre el patrimonio de la compañía había dejado en la Provincia de Santa Clara,

…“corte de los hilos telegráficos diversas veces entre las estaciones de Lajas, Palmaria, Congojas, Santo Domingo y Rodrigo, destrucción de varios postes, destrucción de los aparatos telefónicos de Palmira y San Marcos, destrucción de los aparatos telefónicos desde Palmira a Congojas, así como el de Rodas”.

Denunciaba además robos ocurridos de mercancías en Palmira y Arriete, las demoras que había ocurrido en los itinerarios de los trenes, roturas producidas a estos, sobre todo de ventanillas.
Estos hechos que tienen lugar hacia el sur de la Provincia de Santa Clara, actualmente en la Provincia de Cienfuegos ponen sobre en el tapete ciertas característica del movimiento insurreccional liberal contra Estrada Palma. Los nutrientes del movimiento hacia esta zona no tienen una marcada intención política, menos  reformar la situación, es más un ingrediente de fechoría alejado de principios de restauración y encauzamiento de la “república” por nuevos cauces.

La acción militar más importante tiene lugar con el combate de Wajay (14 de septiembre de 1906), en las cercanías de La Habana, en la cual las fuerzas del general Alejandro Rodríguez, jefe de la Guardia Rural, fueron derrotadas por las partidas combinadas del general Enrique Loynaz del Castillo, Dionisio Arencibia, Baldomero Acosta y otros caudillos; sería en definitiva el detonante de la renuncia de Estrada Palma, dando paso a la intervención ante las incertidumbres norteamericanas con relación al movimiento.


Nota:
Badía, José A. Notario Público. Sagua La Grande. Fondo Protocolos Notariales. Archivo Histórico Provincial. Santa Clara. Villa Clara.