miércoles, 6 de julio de 2016

Algunas reflexiones sobre la enseñanza y el Archivo Histórico.

En el más reciente evento de la Asociación de Historiadores de la provincia de Villa Clara, fueron presentados varios trabajos sobre la enseñanza de la historia y sus actuales limitaciones. Tienen  como común denominador los trabajos, señalar algunas carencias actuales, que pueden resumirse en:

·       Falta de preparación de los maestros y profesores para impartir un contenido que esencialmente tiene importancia trascendente en la formación de valores.

·       Carencias de recursos metodológicos para enfrentar el proceso docente.

·      No vinculación de una gran parte de los profesionales a la investigación, limitando sus capacidades de aprendizaje, lo que se traduce en límites para los estudiantes al no precisarse tareas complejas que requieran del método científico.

Estos límites tienen sus especificaciones en los diferentes niveles de enseñanza, donde de acuerdo a los objetivos de cada una de ellas deben alcanzarse como resultado niveles de aprendizaje que al cerrar el ciclo en la enseñanza  superior deben dar como resultado la independencia cognoscitiva y la creación.

Sería absurdo medir tales problemáticas exclusivamente desde  las interioridades de la educación como sistema de enseñanza, pues las políticas educacionales son trascendentes en las perspectivas de desarrollo del sistema educacional. La realidad socio económica de los años noventa en Cuba a  finales del siglo XX, dieron un cambio brusco que tuvieron sus repercusiones para la educación, entre ellas:

·       El abandono de programas de estudios en los distintos niveles de enseñanza que provocaron la interrupción de los ciclos en los diferentes niveles de enseñanza.

·       La paralización en la formación de de maestros y profesores en una disciplina que por sus características y complejidades requiere de incentivos y motivaciones adicionales no solo de actitudes, sino aptitudes bien consolidadas que hagan del profesional un apasionado y trasmisor consciente del conocimiento.
·       La emergencia-transcurridos veinte años-llevaron inevitablemente a crear un vacío en la formación en todos los niveles asociados al conocimiento de la Historia Universal y la de Cuba en particular, al no estar adecuadamente calificados los nuevos maestros y profesores que tímidamente se prepararon, en otros casos la emergencia lo imposibilitó dando lugar a la improvisación.

Lo anteriormente expresado es reconocido, ni requiere del debate, lo que se trata es de enmendar y restaurar una práctica consolidada que tiene profundas raíces en la Historia de Cuba, afincada en el propio proceso de formación nacional. 

Nuestro objetivo es abordar algunas ideas de cómo desde una institución como el Archivo Histórico, se puede contribuir al proceso  educativo en los diferentes niveles de enseñanza, sobre todo, en el nivel medio superior y superior.

La primera gran limitación con la que chocamos actualmente en Cuba, es considerar a los Archivos Históricos como un reservorio de documentos para ser conservados en el tiempo, abierto a la “élite” de investigadores, o/a los azares de algún que otro tema  recomendado desde los centros de la enseñanza superior. No existe por ello un reconocimiento social de su importancia y valor para la formación general integral. 

Lo anterior solo es salvable si existe un adecuado vínculo entre los centros y la propia institución-archivo-que se puede manifestar de diferentes formas:

·       Las carreras afines a las Ciencias Sociales precisan del conocimiento de los fondos y colecciones con que cuentan los Archivos de la nación.

·       Los cursos, diplomados, maestrías y doctorados requieren de articulación con los Archivos Históricos, pues son los archivos históricos los que conocen en definitiva cuáles son los principales vacíos historiográficos que existen sobre la base de la documentación atesorada.
·       No se tiene en consideración como derivación de lo anterior las propuestas que puedan ser aportadas desde los Archivos Históricos sobre temas de investigación.

·       La formación no es alcanzable en las diferentes carreras si no se tiene el conocimiento cultural necesario de una disciplina en particular. Ej. No se puede concebir que un estudiante de  arquitectura transcurra cinco años en el recinto universitario y sea absolutamente huérfano en conocimientos de la agrimensura o las  construcciones del pasado colonial o neo colonial que solo hoy se atesoran en los Archivos Históricos. Otro tanto pudiera decirse de la economía, donde la obligada referencia a los temas sobre la propiedad sobre la tierra, es solo posible conocerla a través de fondos documentales,  como las Anotadurías de Hipotecas, Registro de la Propiedad, etc., por solo citar dos ejemplos, porque de no hacerse se pierde hasta la esencia misma de la investigación, pues en los ejemplos citados, resulta imposible abordarlos si no se recurre a las fuentes originales.

·       El enfoque de determinados intereses académicos o a veces particulares de temas de investigación no tienen una adecuada integración entre lo local, lo regional y nacional, que provocan el despliegue de enfoques hacia lo general, sin atribuirle la adecuada correspondencia que se manifiestan en lo local y lo regional.

·       No se trata de cambiar el objeto social para el cual fueron destinados los Archivos Históricos, de lo que se trata es de que los fondos documentales de la nación atesorados, no se conviertan en “archivos pasivos”, que las construcciones sociales de la nación sean puestas en manos de las nuevas generaciones, lo que en definitiva redunda a reforzarla. Lo que proponemos es integrar de forma armónica a los especialistas del Archivo Histórico a los equipos docentes de la enseñanza superior con la impartición de determinados temas relacionados con las problemáticas expresadas, lo cual no está reñido con la función social que tiene, pues la promoción de los fondos documentales y su conocimiento, está entre sus objetivos.

Cuántos estudiantes de los diferentes niveles se enfrentan hoy a una carta manuscrita de Máximo Gómez, José B. Alemán o un croquis de la Guerra de Independencia elaborado a mano alzada en el fragor de una batalla; esta pregunta se queda sin respuesta. Ese contacto con el pasado que nos deja una vivencia, una emoción, un recuerdo, que nos enseña el pasado heroico, que con el devenir del tiempo se injerta como un granito de arena en ese complejo que es la identidad, es solo posible tenerlo en un Museo o en el Archivo Histórico; de no articular entonces en un sistema de visitas, jamás educaremos, ni crearemos las necesarias convicciones a las que aspiramos a que tengas nuestros niños y jóvenes; ello en las condiciones actuales, ni precisa de políticas, orientaciones o resoluciones, es tan sencillo como ponernos de acuerdo y hacerlo.