martes, 17 de octubre de 2017

Camino hacia Roma.

No desdeñes cada minuto en alertar cuando el peligro es cierto y  no conocemos en qué momento nos podrá dañar, estando seguro que será  terrible. Cada día  una nueva evidencia aparece sobre las disquisiciones políticas de Donal Trump en temas cada vez más sensibles para la humanidad, siendo entre ellos los relacionados con el cambio climático,  relaciones internacionles y seguridad los más atendidos.
 
Los hechos en el  accionar de la actual administración acercan más cada día al gobierno de los Estados Unidos al riesgoso camino del fascismo; el chovinismo exacervado se muestra ante el desprecio de las demás naciones, incluidas las aliadas europeas. El acuerdo alcanzado por la anterior adminsitración con Irán sobre el programa nuclear de esa nación, apoyado por el grupo 5+1, ahora aparece ante los ojos de la sociedad norteamericana como un  descalabro político de Obama, calificado por Trump como desastroso. Negarlo sería un craso error político y de credibilidad para los Estados Unidos. Las advertencias de Angela Merker, la Premier Inglesa y de Macron sobre la necesidad de mantener el acuedo logrado no han tenido una respuesta por parte del primer mandatario norteamericano, quién se siente con el "pleno" derecho de poder recharzarlo, tratando con ello de evitar que la nación persa llegue al pleno dominio de la energía nuclear; cuando la respuesta será por parte de esa nación-de no concretarse un acuerdo efectivo-, llegar a las últimas consecuencias, incluirse en el "prestigioso" grupo. 

Aún cuando el Departamento de Estado conoce de los desvarios políticos de Trump y de la viabilidad del tratado logrado con Irán, la intrasigente posición del mandatario, pone en riego la estabilidad y seguridad no solo de la zona medio oriental, sino del mundo. No se justifica por tanto que la respuesta de la Casa Blanca sea la ampliación de las sanciones, pues la respuesta será idéntica, la oposición de la cúplula política iraní,  verá justificada toda acción desde el punto de vista político ante la obsequedad de una administración que se aleja de la diplomacia como recurso de solución. La pregunta en cuestión es si está realmente Trump en capacidad de poder mantener el equilibrio  y sensatez para no tirar por la borda lo alcanzado; en las actuales circunstancias el no parece ser la alternativa, sería un descrédito para el Departamento de Estado.

Estados Unidos se retira de la UNESCO, al retirarse, no reconoce a la ONU, salvo las conveniencias que justifican su política y  actuación en el organismo, sobre todo en el Consejo de Seguridad,  siempre  maniatado con sus decisiones; así da un paso más en el camino de poder llevar a la nación por otro rumbo.

Estados Unidos "busca" una paz en Siria, más a pesar de todas las cegueras que puedan existir, sigue aprovechando las ventajas del Yitjadismo cuando le son favorable las circunstancias, un aliento para el terrorismo, prolongando la existencia del Estado Islámico aunque proclame su absoluta disposición a eliminarlo y realice acciones que se encaminan al logro de ese propósito; preservar la guerra, división y extensión del conflicto es la resultante lógica del modo de actuación. 

La península coreana es el foco de atención principal donde se dirime (resolver o terminar una controversia, estableciendo una mayoría o a través de una conciliación) si se utilizan las armas nucleares o no en la solución del conflicto. La solución a través de la guerra está sobre la mesa, tanto para una nación como para la otra. La clave del conflicto aún está por ser analizada porque se rechaza cualquier discusión en ello, a saber la legitimidad a poseer armas nucleares por parte de Corea del Norte, derecho que entonces podría ser legítimo para cualquier nación en tanto existan otras que la poseean y nieguen el acceso a las demás, lo que es igual a la existencia de un grupo de naciones privilegiadas por encima de la mayoría; tal y como ocurre en la actualidad con las principales decisiones del Consejo de Seguridad, un "pequeño" órgano por encima de la comunidad mundial toda. Poseer el arma nuclear crea entonces la capacidad de poder decidir, si nos atenemos a ese juicio, la suerte de  Corea del Norte está echada desde hace tiempo; si no ha ocurrido esta dado por la propia correlación de fuerzas existentes, donde Rusia y China-pertenecientes al club nuclear-, lo han impedido. 

La Casa Blanca acorrala a Corea del Norte insistentemente pues es la guerra la alternativa, incita al sur al permanente conflicto y al rearme constante; solo que en la actualidad, existen posibilidades reales de que el norte pueda llegar con sus cohetes hasta territorio norteamericano, convirtiendo el conflicto en un  problema de seguridad nacional, siempre bien justificado ante el pueblo norteamericano, aval que puede usar el actual presidente para justificar un descenlace.

Si todos los caminos señalados no conducen a Roma, busquémola en otro planeta.


jueves, 12 de octubre de 2017

Con Son y Ton.

“Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea”
José Martí

Qué nos enseña la historia, cómo entender el mundo actual lleno de contradicciones, malicias, resquebrajamiento político, prepotencia, diferencias, deshumanización, aislamientos, y tantas guerras. 

El capitalismo vino al mundo acentuando las diferencias en la medida que se acumulaban las grandes riquezas en pocos países que con el paso del tiempo se convirtieron en potencias  gracias a tal acumulación; así Inglaterra, reina de los mares dejó tras de sí a sus principales rivales europeos durante el siglo XVIII y bien entrado el XIX;  aún con tal ventaja, otros países de ese continente no se quedaron detrás en el proceso acumulativo, fueron capaces de levantar imperios coloniales aunque no pudieran pisar los talones de la Gran Bretaña. En ese descomunal proceso acumulativo de capitales vinieron a ser los subordinados-colonias-los avasallados y perjudicados durante siglos, proceso que llega hasta nuestro días, aún cuando los vestigios de aquellos imperios no tienen un rostro visible,  están ahí con la secuela de dependencia que los arrastra.

La Gran Bretaña no puedo a pesar de sus vastos territorios en sujeción, impedir, ni la ruptura de sus colonias, ni pasar a un segundo plano como metrópoli económica global; pues  otro soberbio imperio la desplazó a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

Nacida de las vacilaciones entre esclavitud y capitalismo, vinieron al mundo los Estados Unidos, tras una cruenta expansión territorial que no dejó otras enseñanzas a las élites políticas, que el de la continuidad en otros escenarios, dentro y fuera de América. 

Dejaría José Martí aclarado en un determinado momento que …”es un hecho que los Estados del Sur de la Unión Americana, donde hubo esclavos, el carácter dominante es tan soberbio, tan perezoso, tan inclemente, tan desvalido, como pudiera ser, en consecuencia de la esclavitud”[1]; por ello según sus tesis, no podía hablarse de libertad unánime, ni de conquistas definitivas en esa nación, “semejantes Estados Unidos son una ilusión”[2].

Lo vivido y observado por Martí, no es un legado de los Estados Unidos, es afín al propio sistema capitalista; refiriéndose a esta época de gestación imperial señalaba que …”en vez de resolver los problemas de la humanidad, se reproducen(…)en vez de robustecerse la democracia, y salvarse del odio y la miseria de las monarquías, se corrompe y arruina la democracia, y renacen arrogante, el odio y la miseria”[3].  

Transcurrido más de un siglo, cuál es la diferencia; “Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo en la cabeza, sino con las armas en la almohada”[4], sentenció Martí, entendió que “la salvación estaba en crear”. La misma dinámica de entonces aparece como la única alternativa de ahora, la historia como recurso, no como recuerdo, la historia como enseñanza, no como repetición,  como camino de soluciones y alternativas ante las disyuntivas que nos plantean los acontecimientos.

Los “descuidos”, las aparentes e ingenuas “equivocaciones”, nos traen como resultado +”el lujo venenoso, enemigo de la libertad, pudre al hombre liviano y abre la puerta al extranjero”[5]. Es el principal reto de la actualidad; vale porque lo ameritan las circunstancias recordar las proféticas palabras de Antonio Maceo al Coronel del Ejército Libertador, Federico Pérez Carbó, fechada el 14 de julio de 1896 en el Roble, “Tampoco espero nada de los americanos; todo debemos fiarlo a nuestros esfuerzos, mejor es subir o caer sin ayuda que contraer deudas de gratitud con un vecino tan poderoso”; la profecía es enseñanza, la historia la dimensiona y transporta a las nuevas generaciones, porque ejemplos bastan para dar crédito a las palabras, entonces la historia no es narración, es también predicción. 

Y seguirá pendiente, engullendo mentes desvalidas quien no aprenda que “Los que no tienen fe en su tierra son hombres de siete meses”.

Referencias


[1]  Martí, José. La verdad sobre los Estados Unidos. Publicado en Patria, 23 de marzo de 1894. Tomado de la Revista Cuba Socialista Nú. 1/2016 (edición especial). Revista cuatrimestral teórica y política del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, 2016. Pág. 23.
[2] Ob. Cit. Pág. 23.
[3] Ob. Cit. Pág. 25.
[4] Martí, José. Nuestra América. 19 de enero de 1981. Publicado por primera vez en la Revista Ilustrada de Nueva York. Tomado de la Revista Cuba Socialista Nú. 1/2016 (edición especial). Revista cuatrimestral teórica y política del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, 2016. Pág. 15.
[5] Ob. Cit. Pág. 20.