jueves, 24 de julio de 2014

OBAMA: OTRO DISCURSO, NUEVAS FALSEDADES



Barack Obama se refiere a Ucrania y Gaza

21 de julio 2014
 
Buenos días a todos. Quiero hacer una breve declaración sobre la tragedia en Ucrania. Sin embargo, antes de hacerlo quiero hacer notar que el secretario Kerry ha partido al Medio Oriente. Como muchas veces lo he dicho, Israel tiene el derecho a defenderse en contra de los ataques con cohetes y desde túneles por Hamas. Y como resultado de esas operaciones, Israel ya ha provocado importantes daños a la infraestructura terrorista en Gaza. Sin embargo, también he dicho que nos preocupa gravemente por la creciente cifra de muertos entre civiles palestinos, y la pérdida de vidas israelíes. Y es por ello que hoy tiene que ocupar nuestra atención y la atención de la comunidad internacional para lograr un cese de fuego que ponga fin a los combates y que pueda frenar las muertes de civiles inocentes, tanto en Gaza como en Israel.

Por ello el secretario Kerry se reunirá con aliados y asociados. Le he dado instrucciones para que busque el cese inmediato de las hostilidades, en base a un retorno al acuerdo de cese de fuego de noviembre de 2012 entre Israel y Hamas en Gaza. La tarea no ha de ser sencilla. Es obvio que hay pasiones enormes involucradas en esto y de paso algunos temas estratégicos muy difíciles. Pero, a pesar de ello, le he pedido a John que haga todo lo que pueda para facilitar el cese de hostilidades. No queremos ver que más civiles caigan muertos.

Con respecto a Ucrania, ya han transcurrido cuatro días desde que el Vuelo 17 de Aerolíneas de Malasia fuera derribado sobre territorio controlado por los separatistas controlados por los rusos en Ucrania. En los dias recientes nuestros corazones han estado absolutamente rotos, al ir enterándonos más sobre las extraordinarias y hermosas vidas que se perdieron, hombres, mujeres, niños e infantes que fueron abatidos tan de pronto y con tanto sin sentido.

Nuestro pensamiento y nuestras oraciones siguen junto a la de sus familias en todo el mundo, que están sufriendo un pesar inimaginable. He tenido la oportunidad de hablar con varios líderes del mundo cuyos ciudadanos perecieron en ese vuelo, y todos ellos siguen en estado de conmoción, y francamente también, en estado de ultraje.
 
Los investigadores internacionales están en el terreno. Han sido organizados. He enviado equipos, otros países han enviado equipos. Están preparados, están organizados para realizar lo que debe ser el tipo de protocolos, búsqueda y recolección de evidencias, que se aplican en cualquier incidente internacional como este. Y lo que ahora necesitan este momento es el acceso inmediato y pleno al lugar de la caída del aparato. Necesitan hacer una investigación rápida y plena, y sin impedimentos, y que sea transparente. El personal de recuperación tiene la tarea solemne y sagrada de recuperar los restos de quienes perecieron.

El presidente ucraniano Poroshenko ha declarado zona desmilitarizada donde cayó el avión. Como dije antes, se tienen equipos internacionales en el lugar preparados para hacer la investigación y recuperar los restos de quienes perecieron. Sin embargo, desafortunadamente, los separatistas respaldados por Rusia, que controlan el área, siguen bloqueando la investigación. Repetidas veces han evitado que los investigadores internacionales tengan acceso pleno a los escombros. Al acercarse los investigadores ellos han disparado sus armas al aire. Esos separatistas están sacando las evidencias del sitio de la caída, lo que plantea la pregunta de ¿qué es exactamente lo que tratan de ocultar?

Es más, esos separatistas apoyados por Rusia están sacando los cadáveres del sitio de la caída, con frecuencia sin el cuidado que normalmente se espera en una tragedia como esta. Y este es un insulto a quienes han perdido sus seres queridos. Este es un tipo de conducta que no tiene lugar en la comunidad de naciones.

Bien, Rusia tiene extraordinaria influencia sobre esos separatistas. Nadie niega eso. Rusia los ha urgido. Rusia los ha entrenado. Sabemos que Rusia los ha armado con equipo militar y con armamento, incluyendo armamentos contra naves aéreas. Los principales líderes separatistas son ciudadanos rusos. Por ello, dada su influencia directa sobre los separatistas Rusia, y en particular el presidente Putin, tiene responsabilidad directa para impulsarlos a cooperar con la investigación. Es lo menos que pueden hacer.

El presidente Putin afirma que apoya una investigación total y justa. Y yo aprecio esas palabras, pero deben estar respaldadas por las acciones. El peso ahora está en Rusia, para que insistan en que los separatistas dejen de manchar las evidencias, para que concedan acceso inmediato, pleno y sin impedimentos a los investigadores en el sitio donde cayó el avión. Los separatistas y sus patrocinadores rusos son responsables por la seguridad de los investigadores que hagan ese trabajo. Y junto a nuestros aliados, y asociados, estaremos hoy tratando este tema en las Naciones Unidas.

Más ampliamente, como lo he dicho a lo largo de esta crisis, y en general de la crisis en Ucrania, y se lo he dicho directamente al presidente Putin, y también públicamente, mi preferencia sigue siendo hallar una resolución diplomática en Ucrania. Creo que eso puede ocurrir. Esa es mi preferencia de hoy, y seguirá siendo mi preferencia.

Pero si Rusia sigue violando la soberanía de Ucrania y apoyando a los separatistas, y esos separatistas se hacen más y más peligrosos, y cuando los riesgos no afecten simplemente a la gente dentro de Ucrania sino también a la amplia comunidad internacional, entonces Rusia solamente se aislará aún más en la comunidad internacional, y el costo por el comportamiento ruso seguirá subiendo.

Este es el momento para que el presidente Putin y Rusia hagan un giro y se alejen de la estrategia que han estado siguiendo y asuman con seriedad el tratar de resolver las hostilidades dentro Ucrania, de una manera que respeta la soberanía ucraniana y respete los derechos del pueblo ucraniano a tomar las decisiones concernientes a su vida.

Y el tiempo es de la esencia. Nuestros amigos y aliados precisan poder recuperar a los que perdieron. Es lo menos que podemos hacer. Es lo que la decencia mínima pide. Las familias merecen poder enterrar a sus seres queridos con dignidad. El mundo merece saber qué es lo que exactamente ocurrió. Y el pueblo de Ucrania merece determinar su propio futuro.

Gracias.

Tomado de la Red Voltaire.


martes, 22 de julio de 2014

Thierry Meyssan: el actual conflicto en el Medio Oriente.

Extendiendo la guerra del gas en el Levante

por Thierry Meyssan

 
Después de 3 años de guerra contra Siria, los «occidentales» extienden deliberadamente su ofensiva a Irak y también a Palestina. Tras las aparentes contradicciones políticas entre partidos religiosos y partidos laicos, fuertes intereses económicos constituyen la verdadera explicación de esta estrategia. En el Levante, son muchos los grupos que han cambiado repetidamente de bando. Pero no debemos perder de vista que los yacimientos de gas siguen en los mismos lugares.

Como toda guerra implica la formación de una coalición, es muy natural que persiga múltiples objetivos ya que debe satisfacer los intereses particulares de cada miembro de la coalición.

Desde ese punto de vista, los combates que actualmente sacuden Palestina, Siria e Irak tienen como común denominador el hecho que los dirige un bloque que Estados Unidos ha organizado en contra de los pueblos que se le resisten y también que trata de concretar su plan de rediseño del «Medio Oriente ampliado» (Great Middle East) y de modificar el mercado mundial de la energía.
Sobre este último punto, dos cosas pueden cambiar: el trazado de los gasoductos y oleoductos y la explotación de nuevos yacimientos [1].

La guerra por el control de los pipelines en Irak

Desde el inicio de la guerra contra Siria, la OTAN ha estado tratando de cortar la vía de abastecimiento Teherán-Damasco (NIORDC, INPC) para favorecer corredores de circulación que permitan llevar hacia la costa siria tanto el gas de Qatar (ExxonMobil) como el de Arabia Saudita (Aramco) [2].

Un paso decisivo se concretó con la ofensiva emprendida en Irak por el Emirato Islámico, que dividió el territorio iraquí casi de arriba abajo dejando a Irán de un lado y del otro a Siria, Líbano y Palestina [3].

Este visible objetivo determina quién venderá su gas en Europa y, en dependencia del volumen del abastecimiento, a qué precio podrá venderlo. Eso basta para explicar la implicación de los 3 principales exportadores de gas (Rusia, Qatar e Irán) en esta guerra.

La guerra por la conquista del gas sirio

La OTAN ha agregado un segundo objetivo: el control de las reservas de gas del Levante y su posterior explotación. Todo el mundo sabe desde hace décadas que el sur del Mediterráneo encierra grandes yacimientos de gas natural –localizados en las aguas territoriales de Egipto, Israel, Palestina, Líbano, Siria, Turquía y Chipre. Pero sólo los «occidentales» sabían desde 2003 cómo estaban repartidos esos yacimientos y cómo se extendían bajo la plataforma continental.

Como reveló en aquel momento el profesor Imad Fawzi Shuebi [4], una compañía noruega llamada Ansis realizó legalmente en Siria un trabajo de medición del país en cooperación con la compañía petrolera nacional. Ansis trabajó también con otra compañía –igualmente noruega– llamada Sagex. Ambas compañías noruegas sobornaron a un responsable de los servicios secretos, realizaron secretamente una serie de investigaciones tridimensionales y descubrieron la increíble importancia de las reservas sirias de gas, que resultaron ser incluso más grandes que las de Qatar.

Posteriormente, Ansis pasó a ser propiedad de Veritas SSGT, una compañía franco-estadounidense con sede en Londres. Los datos que había recogido fueron revelados de inmediato a los gobiernos de Francia, Estados Unidos, Reino Unido e Israel, que rápidamente establecieron una alianza para destruir Siria y robar el gas de ese país.

En 2010, Estados Unidos confió a Francia y al Reino Unido la tarea de recolonizar Siria. París y Londres formaron entonces una coalición que designaron con el nombre de «Amigos de Siria». Esta coalición conformó un «Grupo de Trabajo para la Reconstrucción Económica y el Desarrollo» que se reunió, en mayo de 2013, en los Emiratos Árabes Unidos, bajo la presidencia de Alemania [5]. Unos 60 países se repartieron entonces el pastel que todavía no habían conquistado. Por supuesto, la mayoría de los países participantes en aquel encuentro ignoraban lo que habían descubierto las compañías Ansis y Sagex. El Consejo Nacional Sirio estaba representado en aquel grupo de trabajo por Osama al-Kadi, ex responsable en British Gas de la aplicación de las estrategias militares al mercado de la energía.

No fue hasta el verano de 2013 que el gobierno sirio tuvo conocimiento de los descubrimientos de la Ansis y la Sogex, lo cual le permitió comprender cómo había logrado Washington montar la coalición que estaba tratando de acabar con el Estado sirio. A partir de aquel momento, el presidente sirio Bachar al-Assad ha firmado varios contratos con empresas rusas con vistas a la futura explotación del gas sirio.

El gas en Israel, en Palestina y en Líbano

Por su parte, British Gas exploraba las reservas palestinas. Pero Israel se oponía al inicio de su explotación por temor a que los palestinos utilizaran los ingresos para comprar armas.

En julio de 2007, el nuevo enviado especial del Cuarteto (ONU, Unión Europea, Rusia, Estados Unidos) Tony Blair negoció un acuerdo entre palestinos e israelíes, acuerdo que debía permitir la explotación de los yacimientos Marine-1 y Marine-2, en las aguas territoriales de Gaza. El entonces primer ministro de la Autoridad Palestina, Salam Fayyad, aceptó que British Gas depositara los ingresos de la Autoridad Palestina en una cuenta bancaria bajo control de Londres y Washington para garantizar que esos fondos se destinaran al desarrollo económico.

En aquella época, el ex jefe del estado mayor de las fuerzas armadas israelíes, general Moshe Ya’alon, publicaba en el sitio web del Jerusalem Center for Public Affairs un estruendoso artículo donde observaba que el acuerdo negociado por Tony Blair no resolvía el problema ya que, en definitiva, el Hamas acabaría teniendo acceso a una parte de aquel dinero mientras estuviese en el poder en Gaza. El general Ya’alon concluía que la única manera de garantizar que los ingresos del gas palestino no financiaran la Resistencia sería emprender «una operación militar global para arrancar de raíz el Hamas de Gaza» [6].

En octubre de 2010 las cosas se complicaron aún más cuando Noble Energy Inc. descubrió un mega yacimiento de gas offshore, el Leviathan, que abarca parte de las aguas territoriales israelíes y libanesas. El Leviathan venía a agregarse al yacimiento Tamar, descubierto en 2001 por British Gas en aguas israelíes [7].

El Líbano, por iniciativa del Hezbollah, presentó de inmediato el caso a la ONU e hizo valer sus derechos de explotación. Pero, ignorando las protestas libanesas, Israel comenzó a explotar unilateralmente el gas de los bolsones que abarcaban las aguas de ambos países.

La guerra por el gas palestino

La actual ofensiva de Israel contra la franja de Gaza tiene varios objetivos. En primer lugar, el Mossad organizó el anuncio del secuestro y asesinato de 3 jóvenes israelíes para impedir que el parlamento adoptara una ley que prohibiría la liberación de «terroristas» [8]. Y posteriormente, el general Moshe Ya’alon, hoy ministro de Defensa, utilizó ese pretexto para desatar una ofensiva contra el Hamas, aplicando así su análisis de 2007 [9].

El nuevo presidente de Egipto, general Abdel Fattah al-Sissi, contrató como consejero a Tony Blair, quien sin embargo no ha creído necesario renunciar a sus funciones como representante del Cuarteto [10]. Prosiguiendo la defensa de los intereses de British Gas, Blair sugirió entonces una «iniciativa de paz» totalmente inaceptable para los palestinos, iniciativa naturalmente rechazada por los palestinos pero aceptada por Israel. Es evidente que el objetivo de esa maniobra es proporcionar al ejército israelí la oportunidad de «arrancar de raíz el Hamas de Gaza». Y no es casual que el salario que recibe Tony Blair como consejero del presidente egipcio no proceda del presupuesto egipcio sino de las arcas de los Emiratos Árabes Unidos.

Como de costumbre, Irán y Siria han aportado su respaldo a la Resistencia palestina (la Yihad Islámica y el Hamas), demostrando así a Tel Aviv que pueden hacerle pagar en Palestina el daño que Israel les ha hecho en Irak a través del Emirato Islámico y del clan kurdo de los Barzani.

Lo único que permite llegar a una comprensión correcta de los acontecimientos es su lectura bajo el ángulo de los intereses en materia de control de las fuentes de energía ya que –desde el punto de vista político– no es de interés para Israel destruir el Hamas, movimiento a cuya creación contribuyó para debilitar a al-Fatah. Tampoco es interés de Siria ayudar el Hamas a resistir, tratándose de un movimiento que se alió con la OTAN y que ha enviado yihadistas a luchar contra el Estado sirio. La fase de la «primavera árabe», destinada a poner la Hermandad Musulmana en el poder en todos los países árabes, ha quedado atrás y no debemos olvidar que el Hamas no es otra cosa que la rama palestina de esa cofradía.

En definitiva, el imperialismo anglosajón actúa siempre en función de las ambiciones económicas que él mismo impone sin importarle las lógicas políticas locales. Lo que define de forma realmente duradera las fuerzas que conforman la dinámica del mundo árabe no es la diferencia entre partidos religiosos y laicos sino el hecho de estar en el bando de quienes colaboran con el imperialismo o en el bando de quienes han optado por la resistencia.

[1] «La guerra en Siria: ¿una guerra por la energía?», por Alexandre Latsa, RIA Novosti / Red Voltaire, 19 de septiembre de 2013.
[2] «Yihadismo e industria petrolera», por Thierry Meyssan, Al-Watan / Red Voltaire, 23 de junio de 2014.
[3] Ese objetivo no es nuevo. Ver: «Siria: la OTAN apunta al gasoducto» y «Siria: la carrera por el oro negro», por Manlio Dinucci, Il Manifesto / Red Voltaire, 13 de octubre de 2012 y 2 de abril de 2013.
[4] Syrie: 10 ans de résistance, emisión de televisión en 6 capítulos, concebida y producida por Thierry Meyssan, transmitida por la televisión satelital siria en junio de 2014. La versión disponible a través de internet está enteramente en francés o subtitulada en francés, exceptuando algunas intervenciones del general estadounidense Wesley Clark, del analista mexicano Alfredo Jalife y del general ruso Leonid Ivashov. Por otra parte, el profesor Shueibi ya había ofrecido un esbozo de la cuestión, antes de tener información sobre los descubrimientos de las compañías Ansis y Sagex, en el trabajo titulado «Siria, centro de la guerra del gas en el Medio Oriente», por Imad Fawzi Shueibi, Red Voltaire, 13 de mayo de 2012.
[5] «Les “Amis de la Syrie” se partagent l’économie syrienne avant de l’avoir conquise», por German Foreign Policy, Horizons et débats / Réseau Voltaire, 14 de junio de 2012.
[6] «Does the Prospective Purchase of British Gas from Gaza Threaten Israel’s National Security?», por el teniente general (retirado) Moshe Yaalon, Jerusalem Center for Public Affairs, 19 de octubre de 2007. «Ya’alon: British Gas natural gas deal in Gaza will finance terror», por Avi Bar-Eli, Haaretz.
[7] «¿Se modifican las cartas geopolíticas en la cuenca del Levante e Israel?», por F. William Engdahl, Red Voltaire, 3 de junio de 2012.
[8] «El jefe del Mossad había vaticinado el secuestro de los tres jóvenes israelíes», por Gerhard Wisnewski, Red Voltaire, 11 de julio de 2014.
[9] «IDF’s Gaza assault is to control Palestinian gas, avert Israeli energy crisis», por Nafeez Ahmad, The Guardian, 9 de julio de 2014. «Gaza: el gas en la mirilla», por Manlio Dinucci, Il Manifesto/Red Voltaire, 18 de julio de 2014.

viernes, 4 de julio de 2014

Movimientos sociales investigados por el Pentágono



Gilberto López y Rivas
 
El periodista, comentarista político y comunicólogo de radio y televisión Glen Ford, editor ejecutivo del Black American Report, una expresión política de la izquierda del pueblo negro de Estados Unidos, denunció recientemente otra de las múltiples actividades de las universidades de ese país, en colaboración directa con el Departamento de Defensa, en la investigación de los movimientos sociales en el ámbito mundial, incluyendo los que se desarrollan en el propio territorio estadunidense (“US funds ‘terror studies’ to dissect and neutralize social movements”, Black American Report, 22/6/14). Ford informa que el Pentágono desea conocer las razones por las cuales la gente común, que no se involucra en acciones violentas para cambiar el orden prevaleciente, llega a transformarse en lo que los militares llaman partidarios de la violencia política, que para ellos significa cualquiera persona que se oponga a la política de Estados Unidos en el mundo, o a la política represiva de sus aliados e intermediarios, o quien se enfrente al sistema criminal racializado de justicia estadunidense.

Ford remite a la conocida Iniciativa Minerva, organismo que financia a las universidades para realizar investigaciones en ciencias sociales que interesan a los militares, y en particular destaca algunos de los proyectos que recibieron fondos del Departamento de Defensa para el periodo 2014-2017. De un total de más de 300 propuestas, la Iniciativa Minerva escogió 12, de las cuales llama la atención el megaproyecto de la Universidad de Washington, en colaboración con Harvard, que busca estudiar el origen, las características y las implicaciones de los movimientos políticos nada menos que de 23 países, y que contará además con una base de datos de 58 países más, aportada por la propia Iniciativa Minerva, pretendiendo hacer un mapeo de los movimientos en espacio y tiempo, que cruzaría con 216 variables.

Otro proyecto, esta vez de la Uni­versidad Cornell, monitoreado por la Oficina de Estudios Científicos de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, se centra en el análisis y modelo empírico de la dinámica de los movimientos sociales y de sus contagios (sic). Se trata de indagar en qué momento los movimientos sociales alcanzan una masa crítica de seguidores, esto es, el punto crucial en el cual se convierten en una amenaza para los poderes establecidos. Se estudiarán en este caso las redes sociales a través del tuiteo, así como conversaciones que serán examinadas para identificar individuos movilizados en un contagio social y el momento en que se movilizan. Es significativo el uso del adjetivo contagioso para calificar la expansión de un movimiento, como si se tratase de un virus o enfermedad trasmisible que en consecuencia es necesario erradicar, así como la presunta utilización de información digital y telefónica obtenida a través –obviamente– de un trabajo de inteligencia.

Ni los niños escapan a las preocupaciones castrenses contrainsurgentes. Así, otro proyecto ganador de los fondos del Pentágono es el de la doctora Mia Bloom, una políglota experta en seguridad de la Universidad de Massachusetts Lowell, que con la colaboración del Hospital Pediátrico de Boston pretende identificar los procesos específicos y los caminos de la movilización de infantes hacia movimientos terroristas. Se integrarán expedientes específicos en detalle, usando datos primarios y secundarios procedentes de Afganistán, Pakistán, Israel/Palestina, Irak, Siria y Somalia, en colaboración con asociados en esos países, quienes facilitarán la recolección de información de entrevistas de trabajadores sociales y terapeutas locales. El propósito general del proyecto es generar un modelo empírico válido, que pueda explicar el involucramiento de los niños en organizaciones violentas extremistas, e informar (imaginamos que a los militares que pagan el estudio) sobre prácticas, políticas, entrenamientos y posteriores investigaciones encaminadas al desarrollo de intervenciones (evidentemente contrainsurgentes), basadas en la experiencia a múltiples niveles.

Tomado de La Opinión.

jueves, 3 de julio de 2014

¿Occidente contra terrorismo o contra Irak?


Cuando se conoció la toma de la ciudad de Mosul por terroristas de Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), el presidente del Gobierno iraquí, Nuri al-Maliki, manifestó que los acontecimientos que llevaron a la fulminante caída de Mosul fueron fruto de una conspiración y una serie de traiciones.

A primera vista, esta declaración más podía verse como un intento de auto justificación que otra cosa, pero la realidad no tardó mucho -simplemente horas- para demostrar que tal vez Al-Maliki no fuera tan descaminado, ya que casi de inmediato pudimos comprobar como la caída de Mosul no fue la toma de la ciudad como consecuencia de un ataque armado por parte de los militantes del EIIL, sino que tras ellos había urdido una red de alianzas en las que jugaban un papel fundamental elementos del Partido Baas, señores tribales de la zona, y el menos citado pero posiblemente más importante, el elemento kurdo.

La caída de Mosul que dio pie al inicio de lo que estos días ocurre en Irak, se debió al sabotaje interno en el propio Ejército iraquí, infiltrado hasta los huesos en esa zona por elementos afines al antiguo régimen, cuyos oficiales abandonaron a sus tropas dejándolas sin dirección ante el ataque takfirí del EIIL y sus aliados de Ejército Naqshabandi (dirigido por miembros del Partido Baas), al tiempo que elementos armados de la Peshmerga kurda engañaron a esas tropas propiciando su desmovilización (aprovechando, como no, para incautarse del material y armamento de esas tropas). Así es como unos cientos de insurgentes se hicieron con el control de la segunda ciudad de Irak, con una población de 2 millones de habitantes y supuestamente defendida por unos 30.000 efectivos, prácticamente sin combatir.

La “teoría de la conspiración” siguió ganando fuerza cuando al día siguiente a la caída de Mosul, los kurdos ocuparon la ciudad de Kirkuk, rica ciudad petrolera multiétnica reclamada históricamente para sumarla a sus posiciones por el gobierno pseudoindependiente del Kurdistán iraquí, y que parece haber sido la contraprestación dada a los kurdos por los “insurgentes” como pago de su colaboración.

Por último, a nivel interno, la conspiración pareció llegar al propio parlamento iraquí, cuando los grupos kurdos y suníes boicotearon la sesión parlamentaria convocada a iniciativa del Gobierno para poder proclamar el estado de emergencia en el país, para de esta forma ayudar a contrarrestar el avance de los sublevados, dando la impresión de que con ese boicot, tanto los grupos suníes como kurdos pretendían poner trabas al propio gobierno en su lucha contra los sublevados.

Hagamos un paréntesis para recordar quienes son algunos de los protagonistas de esta historia, y de esa manera comprender mejor algunas cosas.

El ideólogo en el interior del ataque y la sublevación parece ser Ezzat Ibrahim al-Duri, antiguo brazo derecho de Saddam Husein y fiel aliado de la política saudí, quien durante años supo llevar una política de infiltración de partidarios del antiguo régimen en los distintos aparatos del Estado en la zona de su bastión de Mosul, al tiempo que formó el llamado Ejército Naqshabandi con el que emprendió acciones armadas contra el Gobierno iraquí.

Por su parte, el presidente del pseudoindependiente Kurdistán iraquí es Masud Barzani, jefe del Partido Democrático Kurdo, quien también fue en su momento colaborador del depuesto Saddam Husein a quien facilitó la lucha contra sus rivales políticos kurdos, y de quien se benefició para alcanzar la hegemonía política en las provincias kurdas. Barzani, que únicamente aspira a que en algún momento los EE.UU. le den el visto bueno para proclamar la independencia efectiva del Kurdistán iraquí, ha venido manteniendo política de chantaje continuo hacia el Gobierno iraquí, beneficiándose sobremanera de la debilidad de este gobierno.

Athil al-Nuyaifi es el Gobernador de la provincia de Nínive cuya capital es Mosul, y hermano de Osama al-Nuyaifi, Presidente del Parlamento iraquí y líder de la minoría suní. Desde que la capital de su provincia fue tomada por los sublevados, ha venido produciendo toda una serie de manifestaciones en las que siempre acusa al gobierno iraquí de la situación y se muestra comprensivo con las tribus sublevadas locales. Curiosamente Athil al-Nuyaifi se encuentra refugiado en Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, y también ha hecho ya manifestaciones a favor de la interesada propuesta kurda de dividir Irak en tres regiones.

De vuelta al tema de la conspiración, a los pocos días del comienzo de la sublevación otro elemento apareció en escena, al unísono, desde diferentes lugares, desde prensa y dirigentes políticos, poco a poco, hasta hacerse clamor en estos días. Un runrún, un mantra que nada espontáneo parece.

Desde los EE.UU., desde Francia, desde el Reino Unido, desde Arabia, desde Catar, curiosamente desde todos esos lugares en los que de una manera u otra por una parte se ha estado torpedeando la labor del Gobierno iraquí, y por otra se ha estado propiciando el auge del terrorismo takfirí en el mundo como instrumento de su política internacional. Y como todo mantra, los lemas son simples, pero repetidos machaconamente una y otra vez hasta hacerlos realidad en la conciencia de las gentes; “el culpable de la situación es Al-Maliki”, “el gobierno chií de Irak encabezado por Al-Maliki ha desarrollado una política sectaria contra los suníes y los kurdos”, “Al-Maliki deber irse”, “debe formarse un gobierno de inclusión”, “gobierno de inclusión”, “gobierno de inclusión”…

Curioso este apoyo político mediático desde el exterior que no preocupado por el avance de los sublevados encabezados aparentemente por uno grupo EIIL cuya criminalidad pocos ponen en duda, parece que lo único que persigue a cualquier precio es la caída del Gobierno iraquí, y el ascenso a este de elementos más proclives a la política de esos países independientemente de lo que dijeran la urnas en la elecciones del mes pasado.

Será cierto o no, pero esta campaña político mediática más parece una fase más del ataque que en su momento emprendieron por la vía armada los sublevados en Mosul que otra cosa. Como si todo estuviera coordinado.

Pero, ¿hay algo de cierto en esas acusaciones de “sectarismo”? Vemos, Irak es un país mayoritariamente árabe (entre el 75 y 80 % de la población) que tiene una significativa presencia kurda (sobre el 15 %) y que cuenta con algunas minorías turcomanas y asirias que pueden llegar al 5 %. Religiosamente los iraquíes se dividen principalmente entre un 97 % de musulmanes y un 3 % de cristianos, dividiéndose los musulmanes entre un 70 % de chiíes duodecimamos y un 30 % de suníes.

Cuando los calificativos religiosos se utilizan para la designación de grupos o tendencias político-étnicas, se producen trastornos, equívocos, y fácilmente se puede utilizar el “adjetivo” como instrumento de demagogia, pero muchas veces es inevitable utilizar estos adjetivos en ese sentido, simplemente porque son el “lenguaje común” con el que se habla de determinados temas, como en este caso la política iraquí.

En este sentido podemos decir también que Irak se divide en tres grandes grupos político-étnicos; los chiíes (60 %), los suníes (20 %) y los kurdos (17 %). Realmente, a pesar de las denominaciones, en esta división político-étnica el tema religioso queda en un segundo plano frente al político, dándose esto especialmente en el caso kurdo, donde la población religiosamente es muy mayoritariamente suní, pero nunca se la considera integrante del grupo suní de Irak, sino como integrante del propio grupo kurdo.

Cuando ahora algunos llaman a formar un “gobierno de inclusión” como solución a la actual crisis, olvidan interesadamente que desde la caída de Saddam Husein en Irak siempre han habido “gobiernos de inclusión” independientemente de lo que la urnas hubiesen dictado en cada momento.

Ese tipo de gobiernos que en su momento se pensó que podrían ser la solución para que los diferentes sectores se sintiesen integrados en el nuevo Estado, han demostrado ser el mayor de los fracasos, pues al aglutinar en un mismo gobierno a gentes con intereses opuestos, lejos de colaborar conjuntamente por un interés nacional común, en muchos casos estos grupos han utilizado ese poder sobrevalorado únicamente para apuntalar intereses propios, chantajeando constantemente al propio gobierno y haciendo inoperante cualquier labor gubernamental.

Cuando estos sectores acusan al gobierno iraquí de sectario y de discriminatorio de las comunidades suníes y kurdas, olvidan interesadamente que por ejemplo en la actualidad el gobierno iraquí está compuesto por sólo alrededor de un 47 % de ministros chiíes, mientras que los grupos kurdos controlan el 17 % de los ministerios y los suníes el 8% de los mismos, estando el resto de los ministerios en manos de grupos que podríamos llamar no adscritos “étnicamente”.

Pero además olvidan que aunque el Presidente del Gobierno, Nuri al-Maliki, es chií, el Vicepresidente 1º es un suní y el Vicepresidente 2º es un kurdo. Igualmente olvidan que el Presidente de la República, que es elegido por el Parlamento donde las fuerzas mayoritarias son chiíes como resultado de la voluntad popular, es un kurdo, y el Vicepresidente 1º un suní, y solo el Vicepresidente 2º es un chií. ¿Dónde está entonces la discriminación y el rodillo chií?

Si el “gobierno de inclusión” siempre ha existido en Irak desde la caída del régimen del Partido Baas, ¿a qué se refieren esos que ahora llaman a crear un “gobierno de inclusión?. Simplemente es una manera de condicionar a la opinión pública mundial hacia un objetivo concreto, en este caso hacer creer que el gobierno iraquí es un gobierno discriminatorio y opresor, para enmascarar los verdaderos objetivos coloniales de quienes promueven estos bulos, como en otras ocasiones en el propio Irak hablaron de “las armas de destrucción masiva”, o en otros lugares han utilizado otros falsos mantras según les conviniera.

Pero ¿por qué ahora esto? Precisamente el mes pasado hubo elecciones generales en Irak, y el vencedor de las mismas con notable diferencia fue el grupo de Nuri al-Maliki con 95 escaños, seguido como segunda fuerza por otro grupo chií con 31. El resumen de estas elecciones es que los grupos chiíes han alcanzado 170 escaños, los suníes 61 y los kurdos 53 (los otros 44 escaños podríamos considerarlos como no adscritos). Este es el resultado de la voluntad popular, de la democracia, esa de la que tanto cacarean algunos, pero que les produce sarpullidos cuando el resultado de la misma no coincide con el de sus intereses.

Precisamente el lema de la campaña de Nuri al-Maliki era la formación de un gobierno fuerte en base a la unidad política de sus componentes (lo que no quiere decir uniconfesional, sino unidireccional políticamente hablando), como única medida para hacer frente a la inacción de los gobiernos anteriores motivada por el chantaje y sabotaje interno que provocaba la inclusión en esos gobiernos de grupos radicalmente opuestos. Gobiernos estos, que han mantenido al país en un constante estado de impotencia que no le permitió jamás levantar la cabeza y empezar a prosperar tras las décadas de dictaduras, guerras y ocupaciones.

Precisamente este estado, en el que no hay un gobierno que pueda ejercer su autoridad en la totalidad del territorio nacional y está constantemente amenazado desde dentro, es el que mejor conviene a las potencias foráneas que buscan el saqueo de Irak. Véase un ejemplo también de estos días; como se ha mencionado más arriba, el gobierno del Kurdistán iraquí ignora totalmente la autoridad del gobierno central y se comporta de facto como si de un gobierno independiente se tratase, lo que entre otras cosas le lleva a exportar el petróleo de las provincias del Kurdistán sin ningún tipo de autorización por parte del gobierno iraquí, habiéndose dado el caso que la primera de esas exportaciones ilegales para las que cuenta con la colaboración del gobierno Turco, ha tenido como destinatario ni más ni menos al ente sionista de Israel.

Estaría por ver si la propuesta de Al-Maliki, de llevarse a efecto hubiera tenido el resultado previsto, pero parece que las potencias que temen perder hegemonía en Irak si este país alguna vez encauza la vía de un futuro próspero e independiente, han querido poner una vacuna ante tal posibilidad y han dado vía libre al levantamiento contra el gobierno iraquí.

Lo que ocurre en Irak estos días no es diferente a lo que ocurre en Siria, donde también se ha tratado de derribar a su gobierno a través de los mismos elementos y protagonistas con los que hoy se intenta derribar al gobierno iraquí, y ambos a su vez forman parte de la guerra no declarada contra Irán, país al que estas potencias consideran ganador en el caso de que Irak pudiera alejarse del lastre del chantaje político de los grupos minoritarios que ellos amparan y patrocinan.

Resulta curioso observar como, por ejemplo, el régimen de Arabia llama a la formación de un “gobierno de inclusión” para que la minoría suní no se sienta discriminada ni oprimida por los chiíes en Irak, cuando en su cortijo-estado se acaba de sentenciar a muerte a 26 personas tan solo por hacer discursos contrarios al régimen. ¿Por qué no integra el rey saudí en su gobierno a representantes de la minoría chií de Arabia para que no se sientan discriminados? Es curioso ver como Arabia clama por la formación de un “gobierno de inclusión” en Irak cuando sus fuerzas armadas acudieron a Baréin para soportar al régimen de Al-Jalifa, donde una minoría suní ejerce el poder absoluto sobre una mayoría chií a la que ni tan siquiera se le conceden los mínimos derechos de ciudadanía, ¿por qué no le pide el rey saudí a su homólogo bahreiní que incluya en su gobierno a representantes de la mayoría chií para que esta no se sienta discriminada? ¿Por qué no integra Obama en su gobierno a representantes de Partido Republicano?, ¿por qué no integra el gobierno del Reino Unido a representantes del IRA para que los irlandeses no se sientan discriminados?, ¿Por qué no integra el napoleoncito francés François Hollande en su gobierno a representantes de la minorías argelinas o africanas de Marsella o de los barrios periféricos de París, quienes se sienten discriminados por el gobierno francés?, ¿o por qué no incluye Benyamin Netanyahu en su gobierno a representantes de Al-Fatah, Hamas o la Yihad Islámica para que los palestinos no se sientan discriminados?.

Es gracioso que estos que tanto llaman a la democracia sean tan adversarios de ella en realidad. La pretensión de formar un gobierno políticamente unido en Irak se presenta como un ejercicio de discriminación a los que pudieran quedar fuera de ese gobierno, cuando todos en nuestros países estamos acostumbrados a que tras cada una de las elecciones, sean en el ámbito que sean, se conformen diferentes mayorías de gobierno en función de los resultados de esas elecciones y en base a una política unitaria, sin que a nadie se le ocurra calificar a esas mayorías como discriminatorias por no incluir a todas las fuerzas políticas en el gobierno.

En España tenemos casos muy parecidos para poner como ejemplo. En la actualidad vemos que como resultado de las últimas Elecciones Generales el Partido Popular alcanzó la mayoría absoluta, con lo cual encabeza un gobierno monocolor y tiene la Presidencia del Congreso y el Senado y controla todas las demás instituciones dependientes del gobierno central. A nadie, guste más o menos el PP, se le ocurre decir que el de España es un gobierno opresor ni discriminador simplemente porque haciendo caso al resultado electoral no incluye ministros de otros partidos en su gobierno, ni reparte el control de las demás instituciones con los perdedores de las elecciones. Lo que se pretende con Irak es como si en España se pretendiese que independientemente el resultado obtenido por el PP en las últimas elecciones, y para evitar que nadie pueda sentirse discriminado, los representantes de los otros partidos nacionales deben tener por fuerza una representación en el gobierno y que esta mucho mayor incluso al porcentaje de votos obtenido, y que además, por narices, también tiene que haber ministros de la minoría catalana y vasca que por supuesto controlen ministerios de importancia, y que además el Presidente del Congreso sea un miembro de ETA y el del Senado de Esquerra.

Esto que parece tan kafkiano es lo que ni más ni menos significa el “gobierno de inclusión” que algunos exigen para Irak.

Por supuesto que los EE.UU, ni el Reino Unido, ni Francia, ni siquiera Arabia, quieren un triunfo de los terroristas de EIIL en Irak, como tampoco la quieren en Siria. Lo único que a estas potencias imperiales y a sus cómplices les interesa es tener a estos países sumidos en una continua inestabilidad que les permita su saqueo y les impida oponerse de manera efectiva a las políticas de estos países en la zona, cuyo trasfondo siempre es, además del control de los recursos petrolíferos, el apoyo al ente sionista de Israel.

Así que cuando Nuri al-Maliki habló de complot tras la ocupación de Mosul, tal vez no sólo no iba desencaminado, sino que posiblemente se quedó corto es su apreciación, pues este complot lejos de ser un asunto local como él parecía indicar, muy posiblemente los sea, pero a nivel internacional. 

Tomado de hispantv.