martes, 11 de junio de 2013

COLOMBIA: OFENSIVA DE LA DERECHA CONTINENTAL CONTRA LA UNIDAD LATINOAMERICANA

Las recientes declaraciones del presidente de Colombia  de solicitar el ingreso a la Organización del Atlántico Norte, han  escandalizado  a la opinión pública de esta parte del mundo; ¿es un lapso político de Santos?; ¿es una acción diplomática no consultada con los Estados Unidos?, o ¿el monroísmo norteamericano ha adoptado una nueva variante?; ¿pretende este país asumir la posición de gendarme  como respuesta a las buenas “intenciones” del Plan Colombia?, ¿Procura dejar claro que el proceso de paz FARC-Gobierno, es tan solo una cuerda de dilatación?, ¿está dirigido este golpe al proceso integrador latinoamericano?, ¿existe un diseño provocador para crear una zona de conflicto con Venezuela que de paso a un proceso de intervención?

En política[1] todo acto tiene un cálculo, que está entrelazado con un diseño cuyas respuestas se podrán encontrar a mediano y largo plazo, donde por supuesto se sacan costos y beneficios, es un ruedo de inteligencia concertado donde lo unilateral o individual pasa a un segundo plano para convertirse es aspiración de un grupo o clase en el  poder; por ello lo que algunos han denominado como “declaración” fuera de contexto o sin fundamentos, no han tenido una apreciación objetiva de los acontecimientos que tienen lugar en esa nación, menospreciando el fuerte vínculo de la derecha colombiana con los Estados Unidos y con la reacción oligárquica latinoamericana.

La inserción de Colombia en los planes globales del imperialismo obedece en primer lugar  a desmantelar el creciente papel del proceso integracionista que ha tenido lugar, sobre todo en la última década entre los países latinoamericanos; tras las “buenas” intenciones de ese gobierno, se han diseminado bases norteamericanas, amenazando la seguridad regional, la imagen expuesta de diálogo fructífero con las FARC se ha visto en peligro constantemente ante la negativa del gobierno a llegar a un alto al fuego como condición indispensable para una efectiva fluidez de diálogo; de hecho la reacción colombiana ha puesto todos los medios a su disposición para conducirlas a un franco fracaso, tras esos pasos está el uribismo.

Toda solución efectiva del proceso que tiene lugar en La Habana pasa por el problema de la tierra y su propiedad; lo que exige un radical cambio, significa que grandes intereses de la oligarquía  y foráneos se verán afectados, pues su solución conlleva una reforma que beneficie a los que tras largos siglos de explotación colonial primero, y neo colonial después sean beneficiados, pues antes habían sido despojados de ella, de ahí que sea el aspecto más escabroso en las conversiones que tienen lugar. En medio de este debate interno que abarca a la sociedad colombiana tiene lugar el supuesto “exabrupto” de Santos.

Tras la llegada de Nicolás Maduro a la presidencia en Venezuela se aprecian cambios en la política de Colombia hacia ese país; la reciente entrevista Capriles-Santos han introducido un giro a las relaciones que parecían sostenerse y ampliarse en época de Chávez; tras el opositor y reaccionario Capriles se mueven los intereses de los círculos de poder de los Estados Unidos, que no escatiman medios ni formas de retrotraer la proyectada revolución bolivariana; Santos ha puesto en tela de juicio las relaciones venezolano-colombianas al recibir al responsable de varios asesinatos que tuvieron lugar durante el proceso electoral llevado a cabo, desconociendo la legitimidad de la victoria alcanzada en las urnas por Nicolás Maduro.

Tras esa visita tiene lugar una revelación trascendente:

Este domingo en su programa televisivo ‘José Vicente Hoy’, José Vicente Rangel reveló datos sobre un contrato de compra de vehículos aéreos de combate firmado por la oposición venezolana y EE.UU. a finales de mayo pasado.Según Rangel, el pasado 27 de mayo se llevó a cabo una reunión en San Antonio, Texas (EE.UU.), entre venezolanos opositores y ejecutivos de la industria de aviones de guerra. “Luego de hojear los catálogos [los opositores] firmaron contrato por 18 aviones de guerra, que serían estacionados en una base militar de Estados Unidos en Colombia, la cual tiene las coordenadas P 11° 25′ 31″, M 72° 7′ 46″”, precisó. Según el exvicepresidente, el contrato de compra podría ser efectivo ya en noviembre próximo e instó a las autoridades de Venezuela a revisar esta información “extremadamente grave”.”La información no debe ser subestimada, dado el clima de agresiones mediáticas y políticas contra Venezuela. ¿Se prepara una agresión armada debidamente camuflada con la participación de mercenarios, como ha ocurrido en varias naciones?”, manifestó. [2]

Por la noticia filtrada, Colombia ha de servir como asentamiento de los grupos opuestos al gobierno venezolano, lo que lo implica hasta el cuello, desprendiéndose de ello algunas consideraciones importantes:

-          El vínculo de la oposición venezolana con los sectores de poder y empresariales de los Estados Unidos para derrocar al gobierno de Nicolás Maduro.
-          La intromisión por el gobierno de Colombia en los asuntos internos de Venezuela violando las disposiciones de la ONU.
-          La utilización del suelo colombiano para una posible invasión, haciéndolo cómplice y partícipe directo en esos planes.

Edward Snowden, ex asistente técnico de la CIA, trabajó durante los últimos 4 años en la  Agencia de Seguridad Nacional, expresó recientemente, "Me temo que vendrá un nuevo líder que dirá que debido a la crisis, debido a unos peligros imprevistos necesitan más autoridad. Y la gente no se podrá oponer y habrá una tiranía". [3]  Snowden considera la posibilidad de existencia de una tiranía doméstica en los Estados Unidos dado el creciente poder acumulado en las altas esferas, pero la implementación de ella no es posible en el plano doméstico sin tener en consideración los intereses geopolíticos y geo estratégicos en expansión, lo que presupone una extensión en sí de ella misma, lo que resultaría una tarea imposible sin la existencia de sub gendármenes en las diferentes áreas geográficas vitales; por esos caminos se transita, Colombia para ser destinada a esos propósitos.

La OTAN fue diáfana ante el anzuelo del “Santo”, al responder que Colombia no está dentro del área geográfica de esa organización, no obstante un acuerdo si parece haber quedado en firme, se podrá intercambiar información clasificada, lo cual es un buen primer paso de acercamiento.



[1] Nos estamos refiriendo a la que desde los centros de poder hegemónicos se concilia y proyecta como geo estratégica, cuyos alcances son globales.
[2] Tomado de Rusia Today

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