sábado, 6 de abril de 2013

60 AÑOS DEL ARMISTICIO, TIEMPO SIN SOLUCIÓN.

Recientemente hemos dedicado varios trabajos al análisis de la geopolítica de los Estados Unidos de cara al siglo XXI; dada las circunstancias actuales de la crisis en la península coreana ante un posible conflicto de grandes proporciones del que se puede esperar la utilización de armas nucleares me veo obligado a fijar algunos puntos de vista del conflicto en su desarrollo pues la renuncia hecha por Corea del  Norte del cumplimiento del Armisticio firmado entre las partes en 1953, ha desatado una campaña de información en los grandes medios occidentales; haciendo recaer la actual crisis en las autoridades de esa nación, lo que en definitiva ha dado “manos libres” a Estados Unidos y Corea del Sur para imprimir una mayor presencia  militar en el área. Con anterioridad habíamos señalado que:

"Constantemente la gran prensa se ha empeñado en presentar a Obama como un reformista, incluso lo comparan  con Kennedy, cuando en realidad ha dado viso de continuidad a la estrategia geopolítica  de quien lo precedió; las nuevas tendencias globales tras el salto de China, catapultada al liderazgo económico a nivel mundial, han reorientado esas tendencias hacia el área del Pacífico". [1] 
 
De una u otra forma la confrontación entre las dos Coreas siempre ha estado presente, con momentos álgidos y “aparentes” momentos de tranquilidad;  ante los períodos  calientes, la entonces Unión Soviética de una parte y China por la otra, obraron a favor de la búsqueda de soluciones en la mesa de negociaciones entre las partes, época en la que se proclamaba la “distensión internacional” como pilar fundamental  en las relaciones del Campo Socialista con Occidente; aún cuando las deferencias políticas de China y la Unión Soviética  comprometían la solidez  de el socialísimo a escala global. Para entonces hablar de Panmunjong equivalía para las fuerzas progresistas en el mundo a esperanza y solución del  conflicto entre las dos Coreas. 

China entonces no era ni un fuerte competidor comercial, ni poderoso en el campo  militar; aunque la Unión Soviética había transferido tecnologías y armamentos pero el propio nivel de desarrollo de la nación y los conflictos internos impidieron llevar a cabo un plan de avanzada en la ciencia que pudiera ponerlo a la altura de los Estados Unidos, aún cuando habían alcanzado el dominio de la energía atómica; lo que se revierte con el  proceso de reformas introducías a partir del año 1979 por Den Xiao Ping. La agonía china de la década de los años 60 y 70 del pasado siglo  viene a transformarse bajo la filosofía de “un país dos sistemas”; lo que sin dudas abrió una nueva era económico que transita hasta nuestros días.

Se admite de forma casi generalizada que para el 2016 China superará por su volumen de producción y comercio a los Estados Unidos; lo cierto es que ello será en esos términos, no en el indicador del PIB por habitante, donde la nación asiática le faltará  un gran camino por recorrer; en ello estriba los cambios geoestratégicos de los Estados Unidos y su orientación hacia el Pacífico, pues el, encuentro  entre los dos gigantes es cuestión de tiempo; así el conflicto entre las dos Coreas viene a dar visos satisfactorios  a la nación norteamericana para lograr una mayor presencia en el área. Tras el escudo del programa nuclear de Corea del Norte, los Estados Unidos han aumentado el grado de tensión en la región, llevándola a un punto caliente de confrontación; por ello ha conducido en los momentos actuales a:

·        Mayor presencia de los Estados Unidos en la región, lo que equivale a un posicionamiento estable que está dirigido hacia China.
·        Revisión de las relaciones tradicionales de China con Corea del Norte.
·        Extensión del conflicto a toda el área del Pacífico (incluyendo a Rusia y Japón).
·        Perpetuar el actual  status para  las dos Coreas (las más perjudicadas en el conflicto).

Han trascurrido  casi 60 años de la firma del Armisticio; no ha bastado el tiempo para la solución; Fidel Castro ha afirmado en su más reciente reflexión, “Si allí estalla una guerra, los pueblos de ambas partes de la Península serán terriblemente sacrificados, sin beneficio para ninguno de ellos”. [2]   Implica otras consecuencias a escala global; de ahí que jugar a  lo que denomino como “equilibrio de tensiones” resulta  fatal no solo para la península coreana, sino para toda el área del Pacífico.



[1] Carlos S. Coll Ruiz. Equilibrio Martiano y Geopolítica. Blog Cuba y su Historia: http://collruiz.blogspot.com.
[2] Fidel Castro. Tomado de Cubadebate.

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