martes, 18 de agosto de 2015

España perdió la Isla de Cuba en la primera mitad del siglo XIX.

En la historia no siempre los acontecimientos políticos encontrados, que devienen en partos revolucionarios con cambios en el devenir de un pueblo están acompañados con rupturas totales en todos los ámbitos, el proceso revolucionario cubano puede expresar, quizás mejor que otros esa formulación, pues al iniciarse la guerra de independencia contra el colonialismo español-10 de octubre de 1868-ya la isla no era española, al no ser por el gobierno centralizado que la sujetaba; la dependencia económica no le pertenecía.

La isla, sus élites económicas, sus portadores ideológicos, sus economistas, habían para aquel octubre torcido el rumbo de los acontecimientos desde décadas antes. Lo que tratamos de exponer sobre la base de los documentos que se muestran en las Memorias de la Sociedad Patriótica de la Habana, que aparecen en el tomo X, así lo prueban. Hemos utilizado una serie de tablas estadísticas reflejadas por la sociedad  ilustrada habanera para comprobarlo.

Aunque las relaciones económicas entre la isla de Cuba y los Estados Unidos,  tienen una dimensión particularmente importante y definitoria en la primera mitad del siglo XIX; no hemos hecho relación del capital comercial norteamericano invertido a través de las sociedades comerciales, que integrado a este estudio pudiera dar mayor dimensión del problema, ni de aquellas esferas productivas que logró conquistar, o en propiedades, tanto en la producción azucarera o  sobre la tierra, al igual que otras a las cuales también dirigieron sus capitales.

Nos hemos apoyado en el trasiego de lo que pudiéramos llamar el  “núcleo duro” de todo el sistema colonial en Cuba, la Habana y su puerto, no solo porque siempre  fue el referente, sino porque acaparó  sin lugar a dudas los principales volúmenes comerciales,  muy  superior a los del  resto de la isla, incluyendo todos.

El 44 % de los barcos  que entraron al puerto habanero en ese año corresponde a los norteamericanos; por su parte el 50,9 % de los barcos que salieron tuvieron como destino a los Estados Unidos. Para ese año el comercio con la metrópoli española a través del principal puerto de la isla en cuanto a entradas llegó solo al 14,2 %, mientras las salidas al 29, 6 %. Ello viene a determinar la preferencia de los hacendados criollos-y no criollos-hacia esa nación en el orden comercial, pues de hecho representa una ventaja por la cercanía como mercado, lo que implicaba menos costos en las transportaciones; un mercado basto y seguro para los producciones tropicales; con la posibilidad de obtener una mayor variedad de artículos que podían importar, que de España no podían obtenerse para ese entonces, al no ser  los tradicionales. A la vez fue dando origen al sistema de dependencia al mercado norteamericano, que como regularidad se mantuvo a lo largo de todo el período colonial y neo colonial. Esa misma tendencia viene a justificar las ideas que sobre la anexión entonces surgieron hacia esa nación, fundamentadas esencialmente por la necesidad de separación a la metrópoli española, que había perdido como se prueba en las cifras, poder mantener un intercambio fluido y amplio, amén de otras consideraciones en torno al sistema esclavista que hacía motivante y ejecutiva la idea de anexión.

125 barcos hacen entrada en la rada durante ese año, mientras 206 parten de ella, en la relación, 81 más, o sea un 39,3 %, que tuvieron como destino el norte, 105 hacia los Estados Unidos, 61 a España, y 18 hacia Inglaterra entre los principales. La relación comercial preferente no da margen para las dudas; con una balanza comercial favorable a los isleños en el intercambio.


Para el mes de julio de ese mismo año, aunque se aprecia una disminución en la entrada y salida de barcos, la relación sigue igualmente favorable hacia los Estados Unidos. De 93 buques que tocan los muelles habaneros, 41 pertenecen a los vecinos del norte, el 44 %, manteniendo idéntico indicador al mes de mayo de 1840. El 43 % de los barcos que zarparon cruzaron el estrecho de la Florida, aunque la proporción es menor a mayo, se aprecia la misma tendencia de menoscabo al comercio con España.


Por los datos que aporta la Real Sociedad Económica Amigos del País, ya desde el año 1838, según tablas, se importaban una serie de productos, que siendo de necesidad, algunos de ellos podían ser absorbidos en su producción en la isla, como se aprecia en la siguiente tabla:

En el informe se hace referencia a que “Renglones hay en él, de primera necesidad, que bien pudieran no figurar en la balanza; porque en efecto pudiera el país mismo producirlo y ofrecerlo al consumo general. Hay cerdos, hay reses; ¿Por qué hemos de ser tributarios al estrangero de las sumas enormes que se importa la adquisición de carne de puerco y baca, y de la manteca?[i]. A lo que oportunamente nos queremos referir es al diáfano pensamiento económico en los ideólogos de los hacendados en Cuba, pues estos tenían una clara visión sobre la práctica comercial y cómo hacer cada vez más favorable la balanza hacia la isla con la sustitución de importaciones, acometiendo su producción en la isla.  

    Aún con tales deformaciones, la diferencia a favor de la isla fue en el año 1839 de $ 658 205,00 [ii]; todo ello sobre la base de la exportación de los principales productos, hoy llamados tradicionales: azúcar, mieles, aguardiente, tabaco y café.

Muy pocas veces se hace referencia a otros productos menores que también eran exportados: cigarros, cera, dulce, almidón, naranja, limones, piña, plátano y coco.
Aún resultan menos conocidas las exportaciones de monedas, también con un saldo favorable hacia isla.

La tendencia apreciada en las dos primeras tablas presentadas correspondiente a los meses de mayo y julio de 1840, tenía el antecedente de lo que ya venía sucediendo en el año 1839, que queda expresado en la tabla que a continuación se muestra en la entrada y salida de buques durante ese año.


El 49,8 % de los buques corresponden a bandera norteamericana, 34,1 % al pabellón español, 4,5 % al inglés, y el 2,2 % al francés entre los principales; que sumados los tres últimos (europeos), corresponde un 40.8 %; siendo el principal acreedor de ese comercio los Estados Unidos, una historia anticipada de la pérdida de la joya de la Antillas para la metrópoli española, pues económicamente, ya Cuba estaba perdida para España, mucho antes de iniciarse la gesta independentista el 10 de octubre de 1868.

 Más la entrada de buques no es lo más importante, sino los volúmenes de productos intercambiados, en ese campo-el principal-lo perdió España desde la década del 30 del siglo XIX en su enconada porfía por mantener a Cuba bajo su jurisdicción, pues desde el año 1839  los Estados Unidos ya acaparaban el 72,7 % en toneladas exportadas hacia la isla, un predominio casi absoluto en el intercambio producido.

Podría mantenerse el gobierno despótico y centralizado, pero ya la doctrina estaba formulada, lo demás sería cuestión de tiempo.

Por los datos que aporta la Sociedad Patriótica en sus memorias, se puede constatar que no siempre la relación  comercial fue siempre superior con los Estados Unidos en relación con España, aunque se exprese como tendencia a lo largo del tiempo, por lo menos los datos referidos al año 1845 así lo demuestran:


Lo ocurrido en el año 1845, se puede constatar como una situación de coyuntura, la salida de buques en el año 1884 es de 204, 24,3 % más de salidas. Con una salida de 121 barcos en el año 1845, la relación continúa siendo favorable a la isla en 11 barcos más. Tales circunstancias vienen determinadas por los bajos precios del azúcar, y una mala cosecha; la propia perspectiva indicaba que “…hay propietarios y no  pocos que han hecho la misma y aun mayor zafra que en 1844; y sobre todo podemos conjeturar que, aun cuando no sea muy considerable la próxima Europa, obtendremos también precios ventajosos, y el año sub subsecuente resarcirá sin duda las ´perdidas del presente” [i]. La situación, sujeta a  la condiciones del mercado, estimuló como se aprecia en el informe a una mayor producción azucarera, pronosticando entonces un aumento en los precios del dulce, tras la caída de estos. Lo que no aparece claro es el aumento en los volúmenes hacia la metrópoli española, ni aparecen los productos exportables que nos pudieran brindar una claridad del alza en la salida de buques hacia esa nación en el año 1845, pues se desprende que no  corresponde a los del azúcar, sobre todo al ocurrir un período de contracción.

Como se ha venido exponiendo, solo hemos hecho referencia al trasiego del puerto de la Habana, precisando-por lo menos por ahora-de establecer, cómo se producía el mismo hacia el interior de la isla, expresión del desbalance entre regiones y zonas, lo que ha conducido en la historiografía cubana a enfocar “casi” siempre los fenómenos desde el enfoque occidentalista, fundamentado por esa preponderancia  en el orden económico, que se acentúa al acoger el gobierno en la isla, y  las fundamentales instituciones.

La siguiente tabla, es expresión del desigual “desarrollo”, de la abismal diferencia entre el occidente y el centro-oriente cubano, que se acentúa hacia el interior de las provincias. Tal es el caso de la basta región que ocupaba Puerto Príncipe(1845), que refleja con particular nitidez varias de los conflictos y contradicciones que tienen lugar bajo el sistema colonial español, pues manifiesta los extremos de esas contradicciones que España engendró, cuya única solución fue el camino independentista.

Los principales puertos exportables corresponden a Trinidad, Cienfuegos y Sagua La Grande, zonas de producción azucarera, mientras que el territorio que ocupa la basta llanura de Puerto Príncipe(Camaguey), ve reducida sus posibilidades al depender eminentemente de la ganadería, el contrate es notablemente alto entre la parte oriental y occidental de la provincia. Al igual que la parte occidental de la isla, las principales relaciones comerciales son con los Estados Unidos, país que absorbe los mayores volúmenes del azúcar exportable.

Trinidad presenta una particularidad significativa, relacionada con las exportaciones hacia Alemania, entonces penetrada por el capital de esa nación, teniendo fuertes intereses en el Valle de los Ingenios de esa jurisdicción.

 España representa solo el 14 % del comercio, mientras Estados Unidos el 62,5 %, al igual que el proceso que tiene lugar en la parte occidental de la isla (La Habana), hacia el interior se da el mismo proceso, fenómeno que reafirma la tesis inicial sobre la pérdida anticipada de  la isla por España.

El 14,4 % del comercio realizado corresponde a  los puertos de Sancti Spíritus, Remedios,
Santa Cruz y Nuevitas, lo que demuestra la gran diferencia entre las diferentes zonas a las que hacíamos referencia con anterioridad. Sancti Spíritus es la más desfavorecida de todas, que al igual que Puerto Príncipe, tiene en la ganadería, su principal actividad productiva; teniendo un fuerte rival  como Trinidad, ubicado al sur, con una fluida actividad comercial.


[i] Ídem. Tomo XX. Pág. 220


[i] Memorias de la Sociedad Patriótica de la Habana, Tomo X. Pág. 374
[ii] Idem. Pág. 378.

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