domingo, 19 de febrero de 2017

La “intencionalidad” liberal de 1906

Colapsada la independencia cubana en 1898 con la intervención norteamericana en Cuba; despojados los cubanos de toda legitimidad de independencia real, sin órganos verdaderamente representativos de defensa de las aspiraciones martianas de república, “con todos y para el bien de todos”, devinieron aproximadamente cuatro años de angustias, cabildeos e imposiciones donde lo mejor del pensamiento liberador quedó frustrado al instaurarse la “república” el 20 de mayo de 1902.

Cogido el toro por los cuernos en las riendas de la política de principios de siglo, llega a la presidencia Tomás Estrada Palma, representando el Partido Moderado; martiano en apariencia, anexionista de convicción, era la figura más ajustable y moldeable a los intereses de los Estados Unidos; ello quedaría inmediatamente demostrado unos meses después de tomar la silla presidencial. Su afiliación a los intereses norteamericano darían como resultado la mutilación de la economía cubana hacia el gran capital, en política otro tanto sucedería.

Vendido, anti-nacionalista, corrupto, avasallador, son tan solo algunos de los calificativos de aquel gobierno que en la historiografía cubana se le ha dado, que al intentar reelegirse en las elecciones de 1905, fue el detonante de todo un movimiento interno dentro de Cuba contra la reelección. Las frustraciones fueron encauzadas por la oposición liberal hacia el levantamiento armado contra la reelección; más la tozudez de Estrada Palma, imposibilitado de poder alcanzar un nuevo mandato, fueron el detonante encauzado para propiciar la segunda intervención, prefería entregar la república a que esta fuera liderada por viejos líderes del mambisado  cercanos al pensamiento martiano.

En mayo de 1906 quedó constituido el llamado Comité Revolucionario, integrado por facciones del Partido Liberal opuestas a la reelección de Estrada Palma. Componían el Comité los generales José Miguel Gómez, José de J. Monteagudo, Demetrio Castillo Duany y Carlos García Vélez, y también Juan Gualberto Gómez, Pelayo García, Alfredo Zayas y Manuel Lazo.
El primer plan de los complotados contra la reelección estradista fue tomar el poder por medio de un golpe de Estado, procurando ocupar las posiciones principales del gobierno y evitando la intervención extranjera, que era entonces el plan diseñado por Palma para evitar la toma del poder de la oposición.

Los alzados llegaron a insurreccionar comarcas enteras; sobre todo, en Pinar del Río, La Habana y Las Villas. Al levantamiento se sumarían importantes figuras del extinto Ejército Libertador entre ellos los generales Enrique Loynaz del Castillo, caudillo político del Partido Liberal Nacional, y Quintín Bandera, quien perecería en el enfrentamiento.

En Oriente, integraban la sublevación liberal veteranos de la independencia encabezados por los generales Bartolomé Masó y Agustín Cebreco, junto con el general Mario García Menocal.
Según consta en el acta notarial de 30 de agosto de 1906 del notario público José A. Badía de Sagua la Grande, perteneciente al Colegio de Abogados de Santa Clara, se había presentado Norman Bonnington Dikson,  Administrador General y apoderado de la Compañía “The Cuban Central  Railways Limted”, cuya casa matriz radicaba en Londres, Inglaterra.

Norman al comparecer como representante en Cuba de los intereses ingleses, dejó testimonio de las consecuencias del levantamiento ocurrido y de las afectaciones que sobre el patrimonio de la compañía había dejado en la Provincia de Santa Clara,

…“corte de los hilos telegráficos diversas veces entre las estaciones de Lajas, Palmaria, Congojas, Santo Domingo y Rodrigo, destrucción de varios postes, destrucción de los aparatos telefónicos de Palmira y San Marcos, destrucción de los aparatos telefónicos desde Palmira a Congojas, así como el de Rodas”.

Denunciaba además robos ocurridos de mercancías en Palmira y Arriete, las demoras que había ocurrido en los itinerarios de los trenes, roturas producidas a estos, sobre todo de ventanillas.
Estos hechos que tienen lugar hacia el sur de la Provincia de Santa Clara, actualmente en la Provincia de Cienfuegos ponen sobre en el tapete ciertas característica del movimiento insurreccional liberal contra Estrada Palma. Los nutrientes del movimiento hacia esta zona no tienen una marcada intención política, menos  reformar la situación, es más un ingrediente de fechoría alejado de principios de restauración y encauzamiento de la “república” por nuevos cauces.

La acción militar más importante tiene lugar con el combate de Wajay (14 de septiembre de 1906), en las cercanías de La Habana, en la cual las fuerzas del general Alejandro Rodríguez, jefe de la Guardia Rural, fueron derrotadas por las partidas combinadas del general Enrique Loynaz del Castillo, Dionisio Arencibia, Baldomero Acosta y otros caudillos; sería en definitiva el detonante de la renuncia de Estrada Palma, dando paso a la intervención ante las incertidumbres norteamericanas con relación al movimiento.


Nota:
Badía, José A. Notario Público. Sagua La Grande. Fondo Protocolos Notariales. Archivo Histórico Provincial. Santa Clara. Villa Clara.

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