lunes, 14 de octubre de 2013

CONTINUIDAD O FIN DE LA GUERRA EN SIRIA.

Tras un consenso logrado en la ONU en relación a Siria sobre el desmantelamiento del arsenal químico de esa nación, han corrido despavoridamente un raudal de opiniones de  periodistas y analistas sobre la recaída política de los Estados Unidos en el Medio Oriente, avizorando incluso en algunos casos un proceso irreversible de cambios que ya esa nación no puede contener, dando paso a una región menos conflictiva, más cohesionada en su enfrentamiento  hacia las potencias occidentales, quedando aislados aquellos países que le han hecho el juego a una política que se ha camuflado en el terrorismo para llevar adelante sus planes de expansión.

Tres fundamentos  aparecen como claves  en el cambio de la correlación de las fuerzas  actuantes en la región:

  • La firme de defensa de la soberanía del  gobierno y pueblo sirio que han hecho posible sobre el terreno poner en tela de juicio toda la campaña agresiva  que ha tenido lugar con el apoyo de occidente, además de otras naciones que se han sumado al concierto.
  • La firme posición de Rusia, que ha movido todos los resortes diplomáticos y de inteligencia para desarticular todos los planes de occidente, incluyendo los mediáticos.
  • La  alianza irano-siria ha dado solidez al poder del gobierno que preside Assad, cortando toda posibilidad de desenfreno por parte de Israel.

La alternativa parece ser ahora la creación de una alianza  bajo auspicio israelí integrada por los países del Golfo con la intención de oponerse a Irán, que no es otra cosa que una contención al programa nuclear de ese país, en momentos en que puede bajo determinadas condiciones llegarse a un acuerdo sobre el mismo con los Estados Unidos; una nueva variable ante el chasco que  ya se le viene encima a occidente en el caso sirio; Israel trata ahora de  vender una nueva imagen, incluso con países con los cuales no mantiene relaciones; un anzuelo que envía ahora al mundo árabe con la carnada del peligro nuclear del país persa. 

El “allanamiento” del camino que ha propuesto Rusia complace en cierta medida a los Estados  Unidos, que ve con temores justificados el  excesivo radicalismo de los  grupos opositores islamistas que desde el exterior han inundado el territorio sirio, complejizando tras el apoyo que ha brindado occidente una posible salida a la crisis al estar esta dividida y opuesta entre facciones y grupos. La oposición histórica interna al gobierno sirio se ha mostrado reacia a entrar en el juego político del radicalismo islámico considerándolo  perjudicial  en una salida política del conflicto, en esa perspectiva se han mostrado opuestos a occidente, criticando el sostenimiento que se brinda a las distintas facciones y grupos.

Despojado de toda prueba para justificar una agresión a Siria, los Estados Unidos no han tenido otro camino que reconocer el cambio operado en la situación al asumir ese país el desmantelamiento de sus arsenales químicos, ello lo ha puesto en una situación incómoda ante el gobierno de Israel, cuya política a estado encaminada a arrastrar a Estados Unidos hacia el conflicto; más la disyuntiva que se presenta ante el mundo árabe y el gobierno sirio en particular es ocupar una posición de desventaja ante Israel y los grupos terroristas que poseen armas de ese tipo, no puestas bajo el control de la Organización de Naciones Unidas; parece que en ese rumbo poco podrá hacerse pues los Estados Unidos mantiene  su política de apoyo material y financiero a la oposición externa; en tal caso la guerra de posiciones se mantendrá contribuyendo a aumentar la ruina de la economía en ese país, ya en crisis.

Se ha sometido al pueblo sirio a una guerra de desgaste, de posiciones,  donde no se pronostica  una rápida terminación, ello  conduce a recrudecer la situación humanitaria, ya  depauperada, primero por el éxodo producido, más la social interna  que la guerra provoca en la población civil, donde más de 100 mil personas han perdido la vida. Al perder las principales fuentes de ingreso, el gobierno sirio afronta una situación económica crítica con pocas opciones de poder  palear la situación  humanitaria creada.

Urge por tanto para el gobierno sirio resolver el grave problema de seguridad en las fronteras, su vulnerabilidad viene a ser el sostén de los grupos terroristas y hasta del propio occidente para alcanzar sus propósitos; en el orden estratégico lograr su control resulta clave  para el ejército sirio, ello haría imposible la penetración de los grupos armados desde varios países; por lo que se aprecia aún se dista mucho en ese propósito pues los problemas hacia el interior aún no están resueltos a pesar de los avances logrados.


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