lunes, 21 de mayo de 2012

Siglo XXI, seguridad e intereses geopolíticos.


“Y salvaguardaremos la propia seguridad de Estados Unidos contra aquellos que amenacen a nuestros ciudadanos, nuestros amigos y nuestros intereses”
Barack  Obama
24 de enero, 2012
Según  Alfredo Jalime-Rahme, profesor de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Mexico(UNAM), en las actuales circunstancias de la administración Obama se ha producido una  “ruptura con una manera de gobernar que tanto caracterizó el período Bush-Cheney. De esta manera, se aplica una nueva reorientación de los recursos nacionales focalizando objetivos más realistas, y poco a poco volver a centrar la economía comercialmente con respecto a Asia y China…”[1]; la cruzada contra el “terrorismo” que caracterizó a la administración Bush, sin duda condujo a los Estados Unidos a un callejón sin salida que afectó las bases económicas del sistema, pues la crisis que ya se venía gestando, no solo están dadas por los errores de cálculos de los teóricos del sistema y por las políticas económicas aplicadas; las guerras, que pueden convertirse en fuente lucrativa de ganancias, tienen también sus consecuencias negativas sobre la economía por el enorme volumen del presupuesto que se invierte en su realización-logística-y el gasto que conlleva en recursos humanos y materiales. Al igual que administraciones precedentes, seguridad e intereses, continúa siendo la prioridad para republicanos o democráticas;
Ante el Consejo de Relaciones Exteriores Hillary Clinton retomó la frase de Thomas Paine, "Dentro de nuestra capacidad está la posibilidad de comenzar el mundo otra vez”, para luego expresar que: “Hoy, en una era nueva y muy diferente, tenemos que utilizar ese poder. [2] La política de los Estados Unidos en cuanto al ejercicio  del poder, no resulta un cambio en la política de ese país, sigue siendo utilizado bajo la concepción de sostener el predominio de los Estados Unidos en el siglo XXI donde el escenario mundial ha sufrido un profundo cambio, ahora como antes, las fuentes de recursos sigue siendo el móvil de los grandes conflictos que han tenido lugar; la llamada “renovación del liderazgo” que Obama ha expresado, está basada en dos principios fundamentales: poder militar y renovación económica; si bien pueden sostenerlo en el primero, han perdido capacidad para poder acometer lo segundo; de ahí que la variable de la guerra esté como opción ante la pérdida de la potencialidad económica, en momentos en que la confrontación por el control de las fuentes de energía-sobre todo de gas-delinea los posibles conflictos para el nuevo siglo.
La farsa montada desde Bush contra el terrorismo, no es solo un problema de seguridad nacional, es en esencia geopolítica estratégica a nivel mundial de cara al siglo XXI; Obama da continuidad a ella y pone su énfasis fundamental en la utilización de la fuerza,  “he propuesto una nueva estrategia de defensa junto con nuestros líderes militares, una estrategia que asegura el mantenimiento del ejército más sobresaliente del mundo”…[3] , desde esa tribuna había señalado que “en Siria, no tengo duda alguna de que el régimen de Assad pronto se dará cuenta de que las fuerzas del cambio son irreversibles y que la dignidad humana no puede ser suprimida”….[4] ; si bien no han tenido una participación directa en el conflicto que tiene lugar hoy; ha impulsado desde su posición como miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, una política hostil, de amenazas, sanciones y apoyo a la oposición siria, contribuyendo a toda posibilidad de arreglo pacífico de la situación interna de ese país; a la que ha arrastrado a la Unión Europea y la Liga Árabe; si el modelo Libio no se ha podido llevar adelante, ha estado dado por la fuerte oposición de Rusia y China;  los propios conflictos en los que Estados Unidos está involucrado en la región han imposibilitado una participación decisiva que de por resultados el logro de sus fines, de ahí que la concertación de alianzas, fórmula ya expresada por el  Departamento de Estado, sea la más conveniente en los momentos actuales; en ese contexto se enmarca el acercamiento a la India,, que tiene por objetivo evitar los suministros iraníes de combustible a esa nación, que a la vez apoya la causa siria contra las pretensiones occidentales.
 La cruda realidad de lo que hoy percibimos se encuentra en el propio sub suelo de Siria, las enormes reservas de gas que han sido descubiertas, reservas en las cuales hoy más de una potencia le pone los ojos; ¿es por tanto el problema sirio un conflicto interno?, la respuesta a esta pregunta se encuentra en el discurso de Obama al cual ya hemos hecho referencia, “Respaldaremos las políticas que conduzcan al establecimiento de democracias sólidas y estables y de mercados abiertos”[5] ; sigue siendo el mismo objetivo: los mercados.
No solamente China es de alta prioridad para la política norteamericana, lo son también el grupo de países que componen el BRICS(del cual China forma parte); la estrategia política norteamericana ha tenido que tener en cuenta una realidad que es absolutamente imposible pasar por alto, el papel de estos países y sus economías-llamadas emergentes-que ocupan un peso que se pronostica decisivo para los próximos 15 años; lo que implica el declive de la economía hegemónica norteamericana y hasta su propia reorientación, son por tanto factores externos objetivos que alterarán el sistema de relaciones internacionales en lo inmediato y se traducirá, como ya viene ocurriendo en una reorientación forzosa para los Estados Unidos; que contempla la contención dentro del actual sistema de relaciones; pero que no dudará en tornarse en política de guerra, pues el éxito para lograr sus fines siguen estando basados en el poder y la utilización de la fuerza.


[1] Giro Estratégico de Obama: Desglobalización militar de Estados Unidos y contención de China. Alfredo Jalime Rhame. Red Voltaire.
[2] Discurso de HIllary Clinton ante el Consejo de Relaciones Exteriores. Red Voltaire.
[3] Discurso de Barack Obama ante El Estado de la Unión, 24 de enero del 2012. Tomado de la Red. Voltaire.
[4] Idem
[5] Idem

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