lunes, 19 de enero de 2015

CUBA-ESTADOS UNIDOS, RELACIONES.

Después de un período de ausencia, no tan largo, pero fructiífero,  entro en el nuevo año con las primicias del pasado mes de enero que para los cubanos  constituyó las declarciones  del Presidente de los Estados Unidos Barak Obama  sobre el inicio de conversaciones para el restablecimiento  de las relaciones entre ese país y Cuba. desde estas mismas páginas ya avizorábamos que un cambio tendría que producirse antes de la anunciada cumbre de Las Américas, pues los Estados Unidos no tenía ya alternativas para poder justificar la manteción de una política añejada y arcaica con relación a Cuba; su dilema se planteó en terminos de cambiar o perder las relaciones con un continente de conjunto.

Las anunciadas medidas, si bien no constituyen la supresión del injusto bloqueo económico, abre las puertas para de forma paulatina eliminarlo, en tanto dentro de los propios Estados Unidos tal política no encaja con las aspiraciones del empresariado, ni del propio pueblo norteamericano. Por otra parte las fuerzas oscuras y retrógradas de Miami han colapzado tras los últimos escándalos, mientras una nueva generación de cubano-americanos hacen constar su presencia y  aspiración por el restablecimiento, muy a pesar de las viejas cacafinías de cubanos que llegaron a esa nación tras el triunfo de la revolución, pero que ahora no le queda más alternativa que aceptar la realidad, aunque mantengan una feroz oposición a las medidas anunciadas.
 
El propio contexto de las relaciones internacionales dan motivo al gobierno norteamericano para asumir el cambio, que de no hacerlo solo refuerza la presencia de China en la región, lo que no puede ser aceptado, ni estimulado por demócratas o republicanos; tal realismo no puede ser soslayado  por más conservador o de extrama derecha que se pueda ser, pero hay que entender y ver más allá de las posibles declaraciones pues estamos más en presencia del principio de un fin que de una continuidad, Estados Unidos tras la crisis no ha podido recuperar su hegemonía como gendarmen económico mundial, cada vez es más feaciente que su momento pasó; por otra parte China refuerza y se consolida en sus relaciones con la América Latina,  por  apertura a un nuevo tipo de relaciones con el continente, que no pueden ser aportadas por el Departamento de Estado de los Estados Unidos.
 
Por último las conversaciones ya a punto de comenzar en La Habana serán difíciles, escabrozas y de larga duración pues serios problemas divergentes de conceptos y principios están sobre la mesa, más para los cubanos, ya acostumbrados al bloqueo y a vivir bajo tensiones no le importará el tiempo, solo ven alcanzada una victoria, que saben se redondeará con el fin del bloqueo, más tarde o temprano. 
 
 






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