viernes, 12 de julio de 2013

OMISIONES PÚBLICAS

Las declaraciones de Edgard  Snowden han venido a “estremecer” los pilares de la democracia occidental, más lo que ahora se demuestra es tan solo una pequeña parte de lo que ha tenido una larga historia oculta a espalda de la opinión pública mundial;  para buena parte de ella lo que parece insólito era ya de conocimiento de las fuerzas progresistas en el mundo; alcanza a gobiernos, instituciones, organizaciones, partidos, líderes políticos y sociales, empresas, llegando a los ciudadanos; antes que él, ya otros lo habían manifestado en distintas épocas: Daniel Ellsberg,  Samuel Loring Morison,  y Bradley Manning, son algunos ejemplos que evidencia cómo distintas administraciones norteamericanas mantuvieron el espionaje como política de estado.

Programas como Prisma, Boundless Informant, X-Keyscore, y sistema satelital Echelon, han tenido como fin el espionaje a escala de países y regiones; algunos gobiernos europeos y no europeos solicitan explicaciones de sus actos, pero la práctica política de muchos de ellos viene a demostrar que la actuación norteamericana es solo posible a través de la concertación, coordinación y desarrollo de planes bajo el conocimiento y amparo de los gobierno que los representan; según TeleSur  Una vez rastreada la información, los mensajes son analizados y clasificados para servir a los intereses de una alianza de inteligencia militar formada por Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda”, tales prácticas no pueden en las condiciones actuales mantenerse sin una aprobación expresa de los gobiernos donde tienen por asiento estas redes de espionaje. 

La red de espionaje denunciada por Snowden,  se expandió por toda América Latina y tuvo especial énfasis en Brasil, México y Colombia, según afirmó  el diario brasileño O Globo; resulta muy dudoso  que el gobierno colombiano no estuviera al tanto de la ejecutoría norteamericana, es bien conocido el vínculo de las agencias de este país con los servicios secretos de EE.UU. , asiento de un sistema de bases donde los servicios secretos y de inteligencia norteamericanos juegan un papel fundamental.
Según Eric London, experto canadiense,  el FISC (Corte Federal de Vigilancia e Inteligencia Extranjera) organismo instaurado por la Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera de EE.UU. (FISA), especula sobre todo con el principio de 'relevancia' de los actos atribuidos a un individuo o a un grupo de personas [1] ; como se ha denunciado reiteradamente, el sistema judicial de ese país está maniatado por el sistema político imperante, poniéndolo al servicio de los intereses más oscuros del poder.

La Unión Europea se escandaliza por lo expuesto por Snowden; países como Alemania y Francia aparecen como víctimas de las manipulaciones secretas de su principal socio, más las declaraciones públicas ofrecidas por ambos gobiernos no exponen hasta dónde están sujetos los vínculos de los servicios secretos de los Estados Unidos con los de la OTAN, organización que por su estructura y organización tiene una alta capacidad de recepción de información que sistemáticamente intercambia con los Estados Unidos, por lo que resulta una paradoja un tanto imposible de explicar para cualquier analista serio del tema; dado el nivel tecnológico que el bloque posee para su propio accionar, por lo que es muy dudoso que estuviera al margen  de las operaciones norteamericana a escala global; hasta donde el bloque está involucrado  a espaldo o no de sus gobierno queda ahora en suspenso.
El boom publicitario en el caso Snowden ha estado encaminado por las diferentes agencias, más a los “delitos” cometidos que a las  declaraciones realizadas, la complicidad resulta evidente sobre todo para aquellos países que no admiten a la “oveja negra”, pues verían seriamente dañadas sus relaciones con el principal gendarme mundial aún cuando hallan sido víctimas de espionaje a gran escala, la prueba más reciente está en la denegación de tránsito del avión presidencial  boliviano por Francia, España, Portugal e Italia.

Los blancos del ciber-espionaje difieren de un continente a otro, en unos casos objetivos económicos, en otros, políticos, militares, comerciales, etc, en dependencia de los intereses en juego a nivel global, pero sin dudas dando respuesta a una geopolítica trazada. Lo encubierto “descubierto” es tan solo una pequeña fisura de la NSA por la cual  algunas cabezas serán decapitadas pues según las propias declaraciones de Barack Obama, se ha visto afectada la  seguridad nacional de los Estados Unidos; la sacrosanta “seguridad” a la cual se  ha apelado desde el surgimiento de la nación cuando de expansión  y predomino se trata.

Aún cuando las violaciones del derecho internacional son cercenados, cuando la propia constitución de los Estados Unidos ha sido escamoteada en una práctica habitual, resulta más llamativo que, “Pese a que en EE.UU. se han  celebrado unas escasas manifestaciones de protesta contra el espionaje, según un sondeo realizado conjuntamente por ABC News y 'The Washington Post', un 58% de la población estadounidense apoya las escuchas de la NSA y un 39% se opone a ellas” [2] ; lo que hace recordar la época del imperio romano donde pan y circo podía justificar cualquier expansión; por ese camino el imperio corrompe hasta su propia sociedad.


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