Loma del Capiro. Santa Clara |
Cuestionarse
la democracia cubana al estilo made in USA es tradición en los gobiernos que
han transitado por la Casa Blanca
desde 1959; dictadura, represión,
encarcelamientos, son adjetivos que casi siempre han figurado en la
prensa de ese país cuando de declaraciones políticas contra Cuba se trata; por muy extravagante que pueda parecer la
democracia cubana a los ojos de quienes han apostado por derribarla, tienen que
reconocer que más allá de cualquier especulación, un cierto tono de identidad no permite que se socave, aún bajo
las más fuertes presiones. Las diferencias Cuba-Estados Unidos van más halla del triunfo
revolucionario de 1959; alcanzan una dimensión histórica que data desde
principios del siglo XIX.
Esa “democracia” al estilo norteamericano fue la
que bajo falsos preceptos de neutralidad política tendió oportunidades a España
para retrazar y ahogar el proceso independentista en dos cruentas contiendas;
sedimentando un profundo sentimiento de
oposición en el pueblo cubano por más de
cien años; entonces para ese pueblo, cualquier alternativa posible, siempre fue
mejor que lo que el vecino norteño podía mostrar; porque esa democracia auténticamente cubana tiene sabor a libertad
de barracón, fusionada con la criollidad; para nada quería mezclarse con la española; ese y no otro fue
el camino del proceso de formación nacional. A qué viene hablar de “una Cuba
democrática y libre” cuando esa misma democracia fue causa
para lanzarse a la manigua. Qué
molesta de Cuba: las expropiaciones revolucionarias; acaso la
recuperación de los recursos; haber
declarado el socialismo, u otros tantos ejemplos de incuestionable
independencia y soberanía que no se avienen con el modelo capitalista.
Si
de democracia se trata el camino fue elegido hace tiempo de forma democrática
por un pueblo que en su inmensa mayoría apostó desde temprano por la lucha
revolucionaria y por un cambio; mirar la
realidad, y creer que es posible destruirla es una cosa, hacerlo
otra bien distinta; es la lección que
brindan los cubanos a este mundo. No hemos caído ni caeremos porque esto guste o no, es ¡A lo cubano!
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