Conde De Valmaseda(1824-1882) |
En
la historiografía cubana se encuentra
inserta la idea profusamente divulgada de que la Reconcentración
fue iniciada en Cuba en el año 1896; así por ejemplo encontramos trabajos en
las redes sobre este tema, como el que se expone en el sitio web de Radio
Reloj:
“De la Reconcentración,
esa prefiguración de los campos de exterminio nazis, comenzada en Cuba en 1896
por el militar español Valeriano Weyler, se habla en ocasiones en sentido
global, lo que quizás atenúe involuntariamente las dimensiones del genocidio,
emprendido como estrategia de la metrópoli para aislar a los libertadores
mambises de una población simpatizante con la causa de la independencia e
imbuida de un creciente nacionalismo.”
El bando de reconcentración, dictado el 21 de
octubre de 1896, obligaba a los habitantes de los campos o fuera de la
fortificación de los poblados a reunirse en el plazo de 8 días en los pueblos
ocupados por las tropas españolas. Más como se ha investigado, el tema no solamente
en Cuba sino en otros países, no fue exclusivo tal sistema para ella, incluso
antes ya se daban manifestaciones de su existencia:
"Aunque a lo largo
de la historia los gobiernos han empleado la deportación de
población civil como medio de control de territorios, no es hasta el siglo XVIII que
se documentan los primeros casos de grupos de civiles no combatientes
encerrados en campos. El historiador polaco Władysław Konopczyński ha
sugerido que los primeros campos de concentración se crearon en el siglo XVIII
durante la Confederación de Bar, cuando los rusos
organizaron tres campos de concentración en Polonia-Lituania para los
prisioneros rebeldes de Polonia, internados en espera de deportación a Siberia[1]”
Para el caso que nos ocupa en la Isla de Cuba, estas
manifestaciones de reconcentración ya era un hecho durante la guerra grande,
como la ocurrida en Punta del Jobo del Rastro en la jurisdicción de Sancti Spíritus en el año
1875; bajo la presidencia del Capitán General Blas Villate y de la Hera, Conde de Valmaseda,
según documento de 22 de septiembre de
1875, se expresa que:
“Dispuesto por el
Excelentísimo Capitán General de la
Isla la reconcentración á los poblados de todos los
habitantes de los campos en la jurisdicción y debiendo llevarse a cabo en el
menor plazo posible, he señalado el de quince días después del recibo de esta
órden para que todos se hayan retirado y abandonado las viviendas. [2]
En el mismo documento
se hace alusión a que “se
empleará la fuerza haciéndoles entender de una manera terminante que pasado el
término serán considerados como enemigos
y castigados como tales por las tropas donde se les encuentre”[3].
El teniente pedaneo del partido de Punta del Jobo del
Rastro, Luís Pentón, dio cumplimiento a
la orden, elevando a la superioridad la lista con los vecinos que debían de reconcentrarse
(ver anexo).
La conocida
estrategia de “pacificación” de la isla
que aplicaría Arsenio Martínez Campo tendría por finalidad poner fin a la contienda a través de una
propaganda atrayente hacia el campo mambí; unida a la corta estancia de Villate
en la Isla (1875-1876),
no han hecho posible hasta ahora conocer
a fondo todas las medidas aplicadas por este Gobernador y Capitán General,
entre la que se encuentra la reconcentración de los habitantes de la isla;
sobre todo en las áreas de contienda bélica.
Ver documentos
originales manuscrito anexos.
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