Uno de los males insertado en las guerras por la independencia en Cuba
durante el siglo XIX fue la indisciplina, y el caudillismo; el no reconocimiento
de los mandos en múltiples ocasiones comprometieron batallas, victorias, derrotas
y hasta la propia línea estratégica liberadora. Lo que a continuación exponemos
es solo un acontecimiento de los tantos que tuvieron lugar, enmarcado en la
región central de la Isla de Cuba, tan
solo unos meses de iniciada la segunda
gran contienda en 1895.
Encontrándose el Teniente Coronel Nicacio Mirabal en el campamento
“Cangrejo”, recibe noticias “suministradas por el Sub prefecto Hilario Chaviano
de que una columna enemiga que había salido de Santo Espíritus se dirigía al
Potrerillo á sorprender los heridos que
se dice hay en dicho punto, había enviado al c. Comandante Manuel Nápoles con
veinticinco hombres á impedirlo”; al estar
operando el tercer y cuarto
escuadrón del regimiento en la zona de Vueltas, se dispuso que el Comandante Jesús Pérez apoyara la operación
con el primer escuadrón bajo su mando, orden que le fue trasmitida por escrito
al referido jefe.
La respuesta del comandante Pérez a
la orden dada fue expresar “me encuentro completamente escaso de parque;
en último saco, dispuesto como estoy á servir a mi patria, me pondré a sus
órdenes con mi escuadrón, no sin antes decirle que al hacer un examen detenido
de cuanto de su comunicación se desprende más bien parece un hecho premeditado
en venganza que otra cosa”.
En otra parte de la comunicación enviada al mando superior Mirabal expresaba la falta de dignidad del Comandante
Pérez al expresarse indebidamente de su superioridad, calificándolos de “no
tener valor suficiente” y de no dar conocimiento de sus actos, “entendiéndose
directamente con el Mayor general Serafín Sánchez”; en la comunicación de 14 de
abril de 1896 dirigida al Cuartel General del Departamento Occidental criticaba
los actos de insubordinación que afectaban el desempeño de la campaña
liberadora.
Esas mismas indisciplinas en los mandos llevarían en octubre del mismo año
a perder gran parte del armamento que a
la costa sur de esa misma región (río San Juan) condujo el vapor “Intrépido”
procedente de los Estados Unidos, donde la falta de coordinación de los mandos,
el caudillismo y la insubordinación fueron los ejes centrales que condujeron al
General Máximo Gómez a intervenir directamente, conjuntamente con José Braulio
Alemán y Enrique Loinaz del Castillo.
Documento consultado.
Comunicación enviada al Cuartel General del Departamento Occidental del Eército
Libertador por el Coronel Nicacio Mirabal. Fondo Ejército Libertador Cubano. Archivo
Histórico Provincial. Villa Clara. Cuba. Legajo 2. Expediente 97
No hay comentarios:
Publicar un comentario