Tras un consenso logrado en la ONU en relación a Siria sobre
el desmantelamiento del arsenal químico de esa nación, han corrido
despavoridamente un raudal de opiniones de
periodistas y analistas sobre la recaída política de los Estados Unidos
en el Medio Oriente, avizorando incluso en algunos casos un proceso
irreversible de cambios que ya esa nación no puede contener, dando paso a una
región menos conflictiva, más cohesionada en su enfrentamiento hacia las potencias occidentales, quedando
aislados aquellos países que le han hecho el juego a una política que se ha
camuflado en el terrorismo para llevar adelante sus planes de expansión.
Tres fundamentos
aparecen como claves en el cambio
de la correlación de las fuerzas
actuantes en la región:
- La firme de defensa de la soberanía del gobierno y pueblo sirio que han hecho posible sobre el terreno poner en tela de juicio toda la campaña agresiva que ha tenido lugar con el apoyo de occidente, además de otras naciones que se han sumado al concierto.
- La firme posición de Rusia, que ha movido todos los resortes diplomáticos y de inteligencia para desarticular todos los planes de occidente, incluyendo los mediáticos.
- La alianza irano-siria ha dado solidez al poder del gobierno que preside Assad, cortando toda posibilidad de desenfreno por parte de Israel.
La alternativa parece ser ahora la creación de una
alianza bajo auspicio israelí integrada
por los países del Golfo con la intención de oponerse a Irán, que no es otra
cosa que una contención al programa nuclear de ese país, en momentos en que
puede bajo determinadas condiciones llegarse a un acuerdo sobre el mismo con
los Estados Unidos; una nueva variable ante el chasco que ya se le viene encima a occidente en el caso
sirio; Israel trata ahora de vender una
nueva imagen, incluso con países con los cuales no mantiene relaciones; un
anzuelo que envía ahora al mundo árabe con la carnada del peligro nuclear del
país persa.
El “allanamiento” del camino que ha propuesto Rusia
complace en cierta medida a los Estados
Unidos, que ve con temores justificados el excesivo radicalismo de los grupos opositores islamistas que desde el
exterior han inundado el territorio sirio, complejizando tras el apoyo que ha
brindado occidente una posible salida a la crisis al estar esta dividida y
opuesta entre facciones y grupos. La oposición histórica interna al gobierno
sirio se ha mostrado reacia a entrar en el juego político del radicalismo islámico
considerándolo perjudicial en una salida política del conflicto, en esa
perspectiva se han mostrado opuestos a occidente, criticando el sostenimiento
que se brinda a las distintas facciones y grupos.
Despojado de toda prueba para justificar una agresión
a Siria, los Estados Unidos no han tenido otro camino que reconocer el cambio
operado en la situación al asumir ese país el desmantelamiento de sus arsenales
químicos, ello lo ha puesto en una situación incómoda ante el gobierno de
Israel, cuya política a estado encaminada a arrastrar a Estados Unidos hacia el
conflicto; más la disyuntiva que se presenta ante el mundo árabe y el gobierno
sirio en particular es ocupar una posición de desventaja ante Israel y los
grupos terroristas que poseen armas de ese tipo, no puestas bajo el control de la Organización de
Naciones Unidas; parece que en ese rumbo poco podrá hacerse pues los Estados
Unidos mantiene su política de apoyo
material y financiero a la oposición externa; en tal caso la guerra de
posiciones se mantendrá contribuyendo a aumentar la ruina de la economía en ese
país, ya en crisis.
Se ha sometido al pueblo sirio a una guerra de
desgaste, de posiciones, donde no se
pronostica una rápida terminación,
ello conduce a recrudecer la situación
humanitaria, ya depauperada, primero por
el éxodo producido, más la social interna
que la guerra provoca en la población civil, donde más de 100 mil
personas han perdido la vida. Al perder las principales fuentes de ingreso, el
gobierno sirio afronta una situación económica crítica con pocas opciones de
poder palear la situación humanitaria creada.
Urge por tanto para el gobierno sirio resolver el
grave problema de seguridad en las fronteras, su vulnerabilidad viene a ser el
sostén de los grupos terroristas y hasta del propio occidente para alcanzar sus
propósitos; en el orden estratégico lograr su control resulta clave para el ejército sirio, ello haría imposible
la penetración de los grupos armados desde varios países; por lo que se aprecia
aún se dista mucho en ese propósito pues los problemas hacia el interior aún no
están resueltos a pesar de los avances logrados.
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